LOGRO. La ley fue introducida en el Concejo por la ex concejal Elissa Silverman (derecha). | Foto: Cortesía Alianza Nacional de Trabajadoras Domésticas DC.
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Prefieren que se las llame trabajadoras del hogar y que su trabajo se considere un empleo no un oficio. Limpian las casas, cocinan y cuidan a los hijos de otros y, sin embargo, en Washington DC, hasta hace muy poco no tenían las protecciones y derechos que el resto de empleos.

El Concejo de la ciudad, el pasado diciembre, por fin hizo justicia a este grupo de aproximadamente 9 mil trabajadoras. De esta cifra, el 30.3% es latina, según las estadísticas del Economic Policy Institute del 2019.

La ley entrará en vigencia en dos fases: desde octubre serán incluidas en la ley de derechos humanos; y, desde febrero del 2024, será obligatorio firmar un contrato laboral entre el empleador y la trabajadora. En este constará el horario, las responsabilidades de las dos partes, los días de vacaciones y el salario.

El Departamento de Empleo y Servicios (DOES en inglés) elaborará y publicará el modelo de contrato laboral. Este es un logro de la Alianza Nacional de Trabajadoras Domésticas, capítulo DC, con el soporte de la red empleadores del hogar Hand in Hands.

El Congreso de 1973 las dejó al margen del Acta de Derechos Humanos, creada para proteger contra de la discriminación a todos los empleados, excepto a “las sirvientas domésticas”, estas fueron las palabras textuales de la ley de aquel entonces.

“Intencionalmente fueron dejadas al margen de la ley, porque casi todas eran negras, dijo Alana Eichner, organizadora de la Alianza Nacional de Trabajadoras Domésticas, capítulo DC.

LÍDER. Antonia Peña es representante de la Alianza Nacional de Trabajadoras Domésticas, capítulo DC. | Foto: Captura de Pantalla.

Antonia Peña, representante de la Alianza de las Trabajadoras Domésticas, de DC, ni siquiera había nacido en Colombia, cuando en Estados Unidos las empleadas del hogar que lavaban la ropa a mano hicieron las primeras protestas. Ocurrió en California, en los años 70.

“Ellas decían ‘si no nos mejoran las condiciones no lavaremos la ropa de otros’, así consiguieron pequeños cambios, pero los años más intensos de lucha son de este siglo”, dijo Peña quien estudió esa historia para entender por qué “quienes pasan las leyes nos han excluido de los derechos de la salud y seguridad ocupacional, sin pensar que nuestro trabajo también tiene riesgos”.

Tres puntos básicos se han conseguido con esta ley, introducida por la ex concejal Elissa Silverman: un contrato por escrito, ser incluidas en la carta de derechos humanos de la ciudad, en el acta de derechos de salud y seguridad ocupacional y que se destine un presupuesto de $912 mil para la difusión y educación sobre la ley entre las trabajadoras y los empleadores.

El contrato laboral será obligatorio

BENEFICIARIAS. La ley beneficiará a las mujeres que trabajan limpiando casas y hacen las tareas del hogar, cuidan niños, ancianos y enfermos. | Foto: Pexels

La lucha no ha terminado. Hora viene la aplicación de la ley y para eso se necesitan recursos, que la alcaldía no incluyó en el presupuesto del nuevo año fiscal. Los primeros días de abril, las trabajadoras acudieron a las audiencias públicas del Concejo para reclamar esos recursos, porque “sin información y educación no sabrán que hay una ley que nos protege contra la explotación”, dijo Peña.

Una vez que la ley entre en vigencia en octubre, las trabajadoras del hogar, entre las que se incluyen limpiadoras de casas, nannies, cuidadoras de ancianos y de enfermos en casa, estarán protegidas contra el acoso sexual, la discriminación por el color, nacionalidad u origen y otros factores. También serán amparadas por las leyes de seguridad y salud ocupacional.

“Si no se asignan esos recursos algunos artículos de la ley no entrarán en efecto ese mes, porque el Concejo especifica que se harán realidad si existen los fondos”, dijo Eichner.

Hasta hoy es voluntario firmar un contrato de trabajo, a partir de febrero de 2024 será un requisito legal y obligatorio. Esta normativa incluye multas al empleador en caso de incumplimiento. Unos 10 estados y ahora DC tienen leyes que protegen a las trabajadoras del hogar.

Para que las palabras no se las lleve el viento

Peña llegó a Estados Unidos en 1999 a trabajar para una familia de diplomáticos. Desde el comienzo notó que las pocas leyes de su país, Colombia, a ella como empleada doméstica le funcionaban mejor que las de aquí. “Así nació mi activismo en CASA Maryland y parece estar lejos de terminar”.

Una provisión que la nueva ley no requiere es la de un seguro médico para las trabajadoras del hogar. No obstante, la ciudad ya tiene una legislación sobre días pagados por enfermedad y eso incluye a las trabajadoras domésticas. “El problema es que muchas no lo saben que ese derecho ya existe. Para eso es el fondo financiero obligatorio que demandamos, porque se precisa una constante educación y divulgación”, informó Eichner.

LEY. A las trabajadoras del hogar de DC les llevó cinco años conseguir que las leyes locales les dieran protección y se convierta en obligatorio firmar un contrato de trabajo. | Foto: Cortesía Alianza Nacional de Trabajadoras Domésticas DC.

Con muchos obstáculos aún por superar, para Sucel Mérida “es bueno tener un contrato escrito para protegernos. Han sido años frustrantes y estresantes saber que hay muchos casos de abusos y que no se podía hacer nada. Un contrato de palabra no funciona, te dicen ‘solo tienes que hacer esto’ y después nos cargan más trabajo y uno no tiene nada para defenderse”. Su preocupación es que la Alcaldía no incluyó el presupuesto, por eso ella seguirá acudiendo a las concentraciones “porque sin fondos es como estar en nada”.

Para Peña, una cosa es que la ley existe y otra es que las beneficiarias la conozcan. “Necesitamos que todas la entiendan, de lo contrario “solo serán palabras que se las llevará el viento. Para eso queremos los recursos, para sacar de la informalidad a nuestro trabajo”.

La fortuna un buen empleador y empleada

Hands in Hands (mano a mano en español) fue la organización que levantó la voz en favor de quienes limpian sus casas, atienden a sus niños, esperan la cena a la hora indicada o mantienen al anciano bien atendido mientras ellos o ellas van a trabajar a las oficinas. Claire Fallender es una madre de familia que se involucró desde el comienzo en lo que hoy es una victoria para las trabajadoras domésticas.

“Fue Dina (su trabajadora doméstica guatemalteca) quien de alguna manera me enseñó lo esenciales que eran sus derechos en cuanto a días libres, vacaciones y cómo podíamos lograr una buena relación entre empleador y empleada. A las dos nos dio buenos resultados por seis años. Valoré tanto su ayuda, ella es increíble y sus hijos también. Ahora trabaja con otras familias, pero nosotras seguimos siendo muy cercanas”, contó Fallender.

LATINAS. En DC hay alrededor de 9 mil trabajadoras del hogar, de ellas un 30.3% latinas, según el Economic Policy Institute. | Foto: Cortesía Alianza Nacional de Trabajadoras Domésticas DC.

Cinco años llevó conseguir estos derechos. Para Fallender eso es mucho tiempo para algo que debía ser considerado esencial y fundamental. “Solo puse un granito de arena con mi testimonio y punto de vista de empleadora. Al fin habrá un acuerdo por escrito para transparentar una relación en favor de las dos partes”.

Hay una frase que resume bien lo significa el aporte de las empleadas del hogar “el trabajo que hace posible todo el trabajo”, eso lo reconoce Fallender. “No es solo irme a trabajar, es irme sabiendo que mi casa y mis hijos van a estar bien cuidados por una persona responsable, cariñosa y eficiente. En eso, gracias a Dina, fui afortunada”.

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