Tiempo de escuela es también tiempo de vacunas infantiles y de adolescentes. Si aún no ha hecho la cita con el pediatra para inmunizar a sus hijos es hora de apresurarse.
En el área metropolitana hay diferentes clínicas primarias, centros pediátricos asociados con las escuelas, unidades móviles que van por los barrios, hospitales y más proveedores donde se puede acceder al plan de inmunización que los niños y adolescentes necesitan, dependiendo de la edad.
Pregúntele al pediatra de sus hijos si en su consulta ofrece este servicio o dónde puede encontrar el más cercano. No se preocupe por el costo, estas son gratuitas, porque lo primordial es inmunizar a todos los niños y evitar brotes e infecciones.
No deje para el último momento esta obligación que todos los niños deben cumplir antes de volver a la escuela. Es obligatorio presentar el carné de vacunas que ha recibido su hijo al comienzo del año escolar y solo en algunos casos no más de 15 días después.

Este requerimiento es para los pequeños desde el kindergarten hasta la secundaria. En algunos casos será la primera dosis y en otros serán los refuerzos. De haber perdido la carilla de vacunas de su hijo, no pasa nada, se los vacunará otra vez.
Ayude a sus hijos a estar saludables considerando las vacunas infantiles
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), el 93% de los niños que entraron al kindergarten fueron inmunizados en Estados Unidos, entre el 2021-2022. Queda aún un 7% que no está protegido por un abanico de enfermedades peligrosas, como la polio, tétanos, sarampión, varicela, meningitis, hepatitis B, neumococo y muchas más.

Ayúdeles a las escuelas y al sistema de salud, revise el carné de vacunas y asegúrese que no le falte ninguna a sus hijos. “Para los planteles, este requerimiento es crítico, porque es la única manera que tienen para mantenerlos sanos y saludables a los niños”, dijo la pediatra Ligia Peralta, quien además es directora de la Fundación Rubén, en Silver Spring.
“El asunto de las vacunas infantiles es como una negociación. Vienen las madres de familia y me dicen ‘mi hijo ya tiene todas’, eso oigo todos los días. Lo que se oculta en frases como esta es que todos, niños y adultos, le tenemos miedo a las agujas.
Mi trabajo es convencerlos de que estas dosis los salvará de una meningitis mortal, de un posible cáncer por culpa del virus del papiloma humano y de enfermedades altamente contagiosas como el sarampión y la varicela”, explicó Peralta.
No llegue demasiado tarde
Según Giulliana González-Portillo, enfermera especializada en pediatría de Mary’s Center, la inmunización contra enfermedades contagiosas es una misión permanente, pero adquiere más urgencia al comienzo del año escolar, “porque los niños compartirán mucho tiempo muy juntos y bajo un mismo techo y tendrán más roce entre ellos. Si tomamos en cuenta que también se acerca el otoño y el invierno, la meta es evitar la propagación de las enfermedades es imperativa”.

Ella aclara que no todas las vacunas infantiles se ponen a la vez. Los pediatras, enfermeras y personal hospitalario, se guían según los calendarios establecidos por edad el CDC. Por eso es importante cumplir con las visitas periódicas al pediatra, solo así sabrá la edad precisa para inmunizar a sus niños. Si no se vacunan a tiempo, para algunas inmunizaciones será demasiado tarde.
Ahora hay muchos productos que combinan las vacunas infantiles para reducir la cantidad a suministrar. Es el caso de la difteria, tosferina y tétanos que contiene los tres componentes en una sola dosis. El mismo caso se aplica para el sarampión, las paperas y la rubéola.
“Desafortunadamente los padres esperan a último momento y pierden la oportunidad para ciertas vacunas. Por ejemplo, la haemophilus influenzae tipo B es solo para los menores de cinco años. Si no son inmunizados hasta esa edad ya no son elegibles y pierden la oportunidad de ser protegidos contra esa bacteria”, dijo González-Portillo.
Pese al retraso que se observa en el cumplimento del plan de vacunación de menores de edad, González-Portillo dijo sentirse orgullosa de la respuesta de la comunidad hispana. “Una vez que nos damos cuenta de la efectividad de las vacunas infantiles somos más receptivos. Muchos de mis pacientes aceptan todas para sus hijos y están muy pendientes de la siguiente dosis para no perder el margen de tiempo”.
No se olvide del COVID y la influenza al momento de aplicar las vacunas infantiles
Contra la bacteria haemophilus influenzae tipo b hay una vacuna y lo ideal es que los pequeños que van al kindergarten o entran al primer año de la escuela elemental estén vacunados, porque este es el grupo que está en mayor riesgo de contraer la enfermedad, capaz de causar discapacidad de por vida y hasta la muerte.
Aunque ya no se habla de la pandemia. González-Portillo pide no olvidarse de las vacunas del del COVID-19 y sus refuerzos para los niños desde los seis meses en adelante. Esta inmunización no es obligatoria, pero los padres de familia sí deberían aceptarla para mantener el sistema inmunológico reforzado de sus hijos contra la variante ómicron.

“Es cierto que a los niños les da síntomas del COVID leves; aun así, algunos han muerto y los menores también están en riesgo de sufrir COVID prolongado. Ya no estamos en una fase de alta trasmisión, pero a las vacunas infantiles hay que aceptarlas como una medida de prevención comunitaria. Es decir, no tenemos que reaccionar cuando se presenta la enfermedad, el objetivo debe ser prevenirla”, dijo González-Portillo.
Las vacunas de refuerzo del COVID solo se pondrá a los menores de edad que hayan completado las otras dosis y que no se pueden poner a última hora porque estas tienen que ser espaciadas. Consultada sobre la aceptación de los padres de familia a la vacuna del COVID para sus hijos, González-Portillo dijo que “en general todavía hay dudas y preguntas sobre las vacunas de la influenza y el COVID, en comparación con las otras. Eso se debe a que conocen bien el plan de inmunización contra el sarampión, viruela, tosferina, polio y otras más, ellos mismos fueron vacunados en su infancia. Solo una relación de confianza con el médico ayudará a despejar esos temores frente a las nuevas vacunas”.
Utilizar esa relación con los padres de familia es lo que ella hace en su práctica en Mary’s Center. “Empezamos con una vacuna a la vez, después hacemos una cita virtual para saber cómo está el niño. Entre los padres y el pediatra o la enfermera tiene que haber una relación continua y juntos vamos a monitorear al pequeño. Lo mismo hacemos cada vez que le suministramos una nueva dosis”. Otra vacuna que debe estar entre las prioridades para los niños y adultos es la de la gripe que empieza a suministrarse en octubre.
Por favor, autorice esta vacuna
Todas las vacunas son imprescindibles, pero algunas necesitan autorización de al menos uno de los progenitores para inocular la dosis en sus hijos. Es el caso del Papiloma Humano (HPV por sus siglas en inglés).

Esta se pone a partir de los nueve años. Si no se vacunan a esa edad pueden hacerlo a los 15, pero en vez de dos dosis recibirán tres. El papiloma humano es un virus con muchas variantes, dos (16 y 18) son las más peligrosas. Estas son causantes del cáncer de vagina y del cuello del útero en las mujeres; de pene en los hombres; y, de garganta en los dos sexos.
Las estadísticas del CDC muestran la gravedad del contagio de este virus: más de 42 millones están infectados y unos 13 millones más, incluidos los adolescentes, se infectan cada año. Esta vacuna es más efectiva si es suministrada antes de que una persona se contagie con el virus.
Lo bueno es que en este país las inmunizaciones contra el papiloma humano las cubre el gobierno a través de los seguros, sin esa cobertura llegan a valer más $250. Todas las niñas nacidas después del 1 se septiembre de 1991 y los niños nacidos después del 1 de septiembre de 2006 y hasta que cumplen los 25 años pueden inmunizados. El problema está en que entre más años cumplen, menos efectivas son sus dosis, de allí el llamado de los doctores a hacerlo en edades más tempranas.
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