Donald Trump, el expresidente que ahora se enfrenta cuatro acusaciones, está dibujando un sombrío escenario de su probable segundo mandato, retomando la retórica provocadora que precedió el asalto del 6 de enero al Capitolio estadounidense. Su mensaje a sus seguidores es inequívoco: "luchen como locos" o corren el riesgo de perder su nación.
En un acto celebrado el viernes en Dakota del Sur, Trump implicó a su posible competidor en 2024, el actual presidente Joe Biden, de ser el autor intelectual de su imputación por 91 cargos en cuatro causas penales, una injerencia que interpreta como una estrategia política encubierta. Su sombría perspectiva del futuro de Estados Unidos bajo el gobierno de Biden se vio acentuada por sus acusaciones de que los demócratas están permitiendo una "invasión" de inmigrantes por la frontera sur y alimentando la "histeria" delCOVID-19.
Las declaraciones de Trump dejan entrever un posible segundo mandato que podría estirar aún más los límites de la ley. La convicción del expresidente en la autoridad absoluta de la presidencia sugiere una posible repetición de las acciones por las que está siendo juzgado actualmente, incluida la supuesta intimidación de funcionarios para disputarle la derrota electoral en 2020.
La capacidad de Trump para ganar popularidad
Trump desvió la crítica de sus acciones hacia sus oponentes políticos. Desde su punto de vista, la verdadera amenaza para la democracia estadounidense no es su empeño en cuestionar unas elecciones democráticas, sino los esfuerzos por responsabilizarle legalmente de ello. Expresó su aprensión por la amenaza a la democracia al ver que sus privilegios y libertades son pisoteados "todos los días del año."
El posible segundo mandato de Trump, al que describió en un mitin en marzo como un recipiente de "retribución", podría ser un punto de inflexión crucial para la nación. Su talento como demagogo para incitar al caos y al desacuerdo, junto con su capacidad para moldear el sentimiento público, ha llevado a un número significativo de republicanos a dudar de la legitimidad del triunfo de Biden en 2020.
La postura autoritaria de Trump pronostica una decisión vital para los votantes en las elecciones de 2024. Intensifica las dudas sobre la capacidad de Biden para imponerse de nuevo a Trump, teniendo en cuenta su edad y los retos de su presidencia. También subraya la reticencia de muchos de los rivales republicanos de Trump a criticarle abiertamente, cautelosos de alejar a su importante base de seguidores.
La sólida ventaja de Trump en las primarias republicanas
La creciente demagogia de Trump arroja luz sobre incertidumbres clave en torno a las próximas elecciones. ¿Se arriesgará el Partido Republicano a apoyar a un candidato que podría alienar a los votantes de los distritos indecisos con su comportamiento desenfrenado? Y si Trump consigue la nominación, ¿superarán sus responsabilidades y la perspectiva de más años de agitación a las preocupaciones sobre la presidencia de Biden?
A pesar de estos temores, la ventaja de Trump en las primarias revela que su teatralidad de hombre fuerte resuena entre muchos votantes. Su cándida personalidad y su imagen de outsider, unidas a su capacidad para conectar con el resentimiento contra Washington y las élites políticas, económicas y mediáticas, parecen consolidar su popularidad dentro del Partido Republicano.
En vísperas de las elecciones de 2024, el país sigue profundamente dividido, un vacío que Trump ha sabido explotar hábilmente. Su retórica incendiaria y sus declaraciones discutibles siguen provocando emociones, lo que indica la probabilidad de que se avecinen unas elecciones polémicas y divisivas. En este clima, el posible segundo mandato de Trump promete ser tan tumultuoso y disputado como el primero, si no más.