Los republicanos de la Cámara de Representantes celebrarán el jueves su primera audiencia como parte de una investigación sobre si se debe destituir al presidente Joe Biden.
La investigación se centra principalmente en la conducta de un pariente presidencial, arrojando una nueva luz sobre los negocios de su hijo, Hunter Biden, en Ucrania cuando Joe Biden era vicepresidente. Sin embargo, aún no han aparecido pruebas sustanciales de que el presidente haya obtenido beneficios personales de estas empresas.
La primera audiencia, liderada por el presidente del Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes, James Comer, no contará con testigos directos capaces de esclarecer la conducta empresarial de Hunter Biden o las posibles conexiones de su padre.
En su lugar, la sesión contará con el jurista conservador Jonathan Turley, el contable forense Bruce Dubinsky y la exabogada fiscal del Departamento de Justicia Eileen O'Connor.
Se espera que estos expertos refuercen las acusaciones sobre la supuesta mala conducta del presidente, en lugar de aportar pruebas de primera mano que respalden las afirmaciones del Partido Republicano sobre el abuso de poder de Biden para enriquecerse familiarmente.
La audiencia sobre Joe Biden
Esta vista supone la cima de una meticulosa investigación de nueve meses sobre las funciones de Hunter Biden como asesor y abogado. La indagación ha sacado a la luz más de 12.000 páginas de documentos financieros y ha reunido testimonios de personas estrechamente relacionadas con Biden.
El presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, anunció el inicio de la investigación formal, una jugada estratégica destinada a dotar a los investigadores del Partido Republicano de un mayor poder de citación sobre los funcionarios de la Casa Blanca.
Sin embargo, el momento elegido para el anuncio ha suscitado conjeturas de que la medida estaba diseñada para ayudar a McCarthy a defenderse de los desafíos de los legisladores de la extrema derecha, deseosos de intensificar las investigaciones sobre el presidente durante su campaña de reelección.
Funcionarios de la Casa Blanca han tachado la investigación de esfuerzo partidista, alegando que carece de pruebas sólidas para acusar al presidente.
Comer, en un comunicado difundido el lunes, declaró que la comisión “presentará pruebas descubiertas hasta la fecha y escuchará a expertos legales y financieros sobre los crímenes que los Biden pueden haber cometido al ganar millones a expensas de los intereses estadounidenses”.
Recientemente, el comité reveló registros bancarios que detallan transferencias financieras de ciudadanos chinos a Hunter Biden en 2019, con la dirección de la casa de Joe Biden en Wilmington, Delaware, que figura como la “dirección beneficiaria”.
Sin embargo, el comité aún no ha establecido que Joe Biden -fuera de la oficina en ese momento- se benefició de estas transacciones.
Lo que sigue
A medida que avance la audiencia, se espera que los legisladores del Partido Republicano presenten un argumento constitucional sobre la necesidad de una investigación de destitución contra el presidente.
Esta medida está suscitando críticas en los círculos jurídicos, que sostienen que la nueva investigación carece de las pruebas específicas de mala conducta que los fundadores de nuestra nación previeron cuando crearon el juicio político como herramienta constitucional para disciplinar a los funcionarios públicos que cometen errores.
Históricamente, el Congreso sólo ha procesado formalmente a tres presidentes -Andrew Johnson, Bill Clinton y Donald Trump-, ninguno de los cuales fue condenado.
Esta nueva investigación de las acciones de Biden por parte de los republicanos de la Cámara de Representantes refleja el doble juicio político de Trump, aunque está siendo criticada como una herramienta para la guerra partidista.