Mateusz Morawiecki, primer ministro de Polonia, anunció su intención de vetar la estrategia de reubicación de inmigrantes de la Unión Europea (UE). En una rueda de prensa en Varsovia, Morawiecki reafirmó su desacuerdo con lo que califica de un “plan demencial” apoyado por “burócratas de la UE y dirigentes alemanes para inundar Varsovia de inmigrantes ilegales”.
“En lugar de resolver el problema de la inmigración ilegal en su origen, de asegurar las fronteras de la Unión Europea, como hace Polonia, que aseguró la frontera con Bielorrusia”, la UE trata de “abrir las fronteras de Europa mediante un plan con forma de pacto migratorio”, señaló el dirigente polaco, de acuerdo con reportes de la agencia de noticias EFE el viernes 29 de septiembre.
El primer ministro también criticó al líder de la oposición, Donald Tusk, antiguo presidente del consejo europeo, a quien Morawiecki acusó de engañar a la opinión pública polaca al respaldar este acuerdo en asociación con Manfred Weber, líder del Partido Popular del Parlamento Europeo.
Durante una emisión en la televisión nacional, el primer ministro polaco aclaró su postura, preguntándose si debían permitir incidentes violentos en las calles de las ciudades polacas, ataques dentro de Polonia o disturbios civiles en las ciudades polacas para que Tusk y el partido de Weber reconsideraran su postura. Se comprometió a expresar su decidida oposición a la estrategia en la próxima conferencia del Consejo Europeo.
Polonia propone otra estrategia
A principios de junio, Varsovia reveló sus planes de rechazar la decisión de Bruselas de reubicar obligatoriamente a 120.000 inmigrantes al año en países de la UE o imponer una tasa de 20.000 euros por cada inmigrante no aceptado por los países que se nieguen a acogerlos.
En su lugar, Morawiecki propuso una “estrategia de fronteras seguras”, que incluye reformar la Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas (Frontex) y aumentar el presupuesto para el crecimiento de las naciones fronterizas de la UE.
El partido conservador Ley y Justicia, que gobierna Polonia desde 2015, fijó un referéndum que coincidirá con las elecciones del 15 de octubre.
Se preguntará a los polacos si avalan “la admisión de miles de inmigrantes ilegales procedentes de Oriente Medio y África, de acuerdo con el mecanismo de reubicación forzosa impuesto por la burocracia europea”.
Hungría a favor
Polonia recibió el apoyo del gobierno húngaro. El primer ministro húngaro, Viktor Orban, un reconocido ultranacionalista, culpó a Bruselas de intentar “derrocar” a la actual administración polaca en las próximas elecciones del 15 de octubre. Orban afirma que Bruselas desea un gobierno de izquierdas en Polonia y está haciendo todo lo posible para conseguirlo.
Orban teme que, si triunfa la oposición liberal en Polonia, Hungría quede marginada en sus negociaciones sobre los fondos europeos. Sin embargo, si la administración conservadora se mantiene en Polonia, Orban confía en que Bruselas tendrá que ceder, ya que ambas naciones se defenderán mutuamente.
Actualmente, Bruselas suspendió la asignación de 22.000 millones de euros de fondos comunitarios a Hungría hasta que el gobierno ultranacionalista demuestre que los programas a los que se destinarán respetan la Carta Europea de Derechos Fundamentales.
Del mismo modo, en el caso de Polonia, la UE también paralizó los fondos comunitarios, principalmente debido a las polémicas reformas judiciales.
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