Millones de familias corren el riesgo de perder el Programa de Estabilización del Cuidado Infantil después de este fin de semana, cuando venzan los fondos de emergencia asignados a los proveedores durante la pandemia de coronavirus.
El Congreso se enfrenta al plazo que vence el sábado y que podría suponer la interrupción del cuidado infantil, dotado con 24.000 millones de dólares. Las posibles consecuencias podrían desestabilizar miles de guarderías, centros preescolares y otras instituciones.
Al frente de la campaña a favor de una prórroga se encuentran legisladores que conocen de primera mano la importancia de contar con guarderías fiables: padres de niños pequeños que dependen de estas instalaciones para cumplir con sus responsabilidades en el Congreso.
En medio de los temores de un cierre del gobierno, estos representantes están haciendo un llamado de atención.
“Es frustrante, porque cuando hablamos de abordar algo como esto… ni siquiera podemos hacer lo mínimo de nuestro trabajo financiando a nuestro gobierno. No parece esperanzador que, con el actual liderazgo republicano, vayamos a estar a la altura de las circunstancias para abordar estas necesidades urgentes”, expresó la representante Brittany Pettersen, demócrata por Colorado, quien tiene un hijo de 3 años.
Pausa de los programas de cuidado infantil por recorte de fondos
Las posibles consecuencias son desalentadoras. La Century Foundation, un grupo de reflexión con visión de futuro, predice el cierre de 70.000 programas de cuidado infantil debido al recorte de fondos, lo que dejaría al menos a 3,2 millones de niños sin atención.
Esto podría desencadenar un efecto dominó que costaría a las familias unos 9.000 millones de dólares anuales en ingresos no percibidos, con unas repercusiones económicas potencialmente masivas.
Una red de seguridad propuesta es la Ley de Estabilización del Cuidado Infantil, diseñada para ampliar la financiación vital. A pesar del apoyo de más de 100 miembros de la Cámara y 37 senadores, no cuenta con el respaldo de los republicanos, por lo que su aprobación este año es incierta.
“La financiación para la estabilización del cuidado infantil fue un salvavidas para los proveedores y las familias que dependen de ellos”, expresó Julie Kashen, investigadora principal y directora de justicia económica de las mujeres de la Century Foundation.
Kashen advirtió que, sin una atención infantil estable, las familias se enfrentarán a decisiones difíciles que afectarán desproporcionadamente a las madres.
Legisladores defensores
Entre los defensores del proyecto de ley se encuentra el diputado Jimmy Gómez, demócrata por California, padre primerizo y partidario de la financiación del cuidado infantil. Gómez destacó que no se trata de limosnas, sino de “competitividad económica y de mantener el impulso de nuestra economía”.
Los grupos del Congreso han redactado cartas en las que abogan por una acción inmediata en relación con la Ley de Estabilización del Cuidado Infantil. Piden financiación adicional para las subvenciones en bloque y la exploración de soluciones de financiación más duraderas y a largo plazo.
El representante demócrata por Texas, Joaquín Castro, advirtió de los efectos catastróficos de una nueva crisis de financiación sobre las familias trabajadoras y la economía en general, y pidió una acción bipartidista en favor de un cuidado infantil asequible.
Otros legisladores, como la diputada Brittany Pettersen, están estudiando soluciones alternativas para hacer frente a los elevados costes de la atención infantil. Entre ellas, subvenciones para transformar edificios en desuso en guarderías y préstamos a bajo interés para los padres.
Gomez agregó que sus colegas republicanos han sido receptivos al problema pero que “están en un lugar como una conferencia donde los que se preocupan por ello ni siquiera pueden llamar la atención del resto de la conferencia para hacer algo”.