Hunter Biden se declaró inocente de tres cargos en un tribunal federal el martes, el siguiente paso en una investigación de larga duración que podría resultar en que su juicio penal colisione con la campaña electoral presidencial de 2024 de su padre.
Los fiscales federales acusaron Biden de hacer dos declaraciones falsas en 2018 cuando completó los trámites para comprar un arma.
El hijo de Joe Biden afirmó en el formulario que no era adicto ni consumía drogas ilegales.
Un acuerdo de culpabilidad al que Biden había llegado tentativamente con los fiscales colapsó durante el verano, ofreciendo nuevas municiones a los republicanos que acusaron al Departamento de Justicia de manejar mal el caso.
El acuerdo lo habría hecho declararse culpable de dos delitos fiscales menores mientras admitía posesión ilegal de un arma, pero en realidad no se culparía de ese delito grave.
La ley federal declara ilegal la posesión de un arma mientras se consumen drogas ilegales. Hunter Biden supuestamente fue dueño del revólver Colt durante 11 días.
Según las pautas federales de sentencia, Biden podría enfrentar hasta 10 años de prisión, aunque en realidad, dado que no tiene antecedentes penales y no está acusado de ningún delito violento, probablemente enfrentaría mucha menos pena.
“El hecho de que Hunter Biden poseyera un arma descargada durante 11 días no era una amenaza para la seguridad pública, pero un fiscal, con todo el poder imaginable, cediendo a la presión política, presenta una grave amenaza para nuestro sistema de justicia”, aseguró el abogado de Hunter Biden, Abbe Lowell.