China ante intento de independencia de Taiwán
Foto: Efe
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El Departamento de Estado de EEUU expresó su preocupación por la intensificación de los esfuerzos de Pekín para impulsar desinformación con el fin de remodelar la percepción mundial de China.

Un viaje organizado a la región de Xinjiang, célebre por las denuncias de trabajos forzados y detenciones arbitrarias de uigures, ofreció a un grupo de periodistas internacionales una visión contrastada, elogiando la próspera economía y la diversidad cultural de la región.

Este viaje, patrocinado por Pekín y financiado en su totalidad, brindó a 22 periodistas de 17 países la oportunidad de observar la vida cotidiana en Xinjiang.

Sus relatos divergían de los informes ampliamente difundidos sobre violaciones de los derechos humanos, ya que elogiaban la región al tiempo que criticaban lo que consideraban una representación inexacta por parte de los medios de comunicación occidentales.

Este caso es un ejemplo de lo que Estados Unidos considera el creciente empeño de China por modificar el discurso mundial sobre su país, una misión en la que invierte miles de millones de dólares al año.

Advertencia de EEUU sobre desinformación en China

En un informe publicado la semana pasada, el primero en realizarse en este tipo, el Departamento de Estado describió los métodos de Pekín para dirigir la opinión pública mundial. Esto incluye estrategias como la compra de contenidos, la fabricación de personajes para difundir mensajes y la supresión de las narrativas desfavorables.

El Global Engagement Center del Departamento de Estado, responsable de combatir la propaganda y la desinformación a escala mundial, publicó este exhaustivo informe de 58 páginas. La agencia advirtió que el plan de desinformación de Pekín podría influir en la toma de decisiones a escala mundial, amenazando los intereses de Estados Unidos.

Jamie Rubin, director del centro, expresó su preocupación por las tácticas de distorsión de la información del gobierno chino. Advirtió que los esfuerzos de Beijing podrían “transformar el panorama de la información global y dañar la seguridad y estabilidad de Estados Unidos, sus amigos y socios”.

“Si no se controla, la manipulación de la información (por parte del gobierno chino) podría disminuir en muchas partes del mundo la libertad de expresar opiniones críticas hacia Beijing”, comentó Rubin.

Respuesta de China y detalles del informe

China respondió al informe tachándolo de desinformación y acusando a EEUU de explotar el espacio informativo mundial. El Ministerio de Asuntos Exteriores chino acusó a la agencia del Departamento de Estado de ser un “difusor de desinformación” y el centro de mando de la “guerra de percepción”.

A pesar de las acusaciones de Pekín de parcialidad y vilipendio de los medios de comunicación occidentales, los funcionarios estadounidenses replican que China hace avanzar su agenda mediante la coacción y el engaño.

El informe ilustra casos de invención por Pekín de un comentarista falso, Yi Fan, para producir artículos favorables a China en medios de comunicación asiáticos, africanos y latinoamericanos.

También subrayó el uso que hace Pekín de bots y trolls en las redes sociales para acallar las críticas y respaldar los mensajes favorables. Incluso se han descubierto teléfonos de fabricación china vendidos en el extranjero con funciones de censura incorporadas.

Además, la ley de seguridad nacional de Pekín en Hong Kong permite perseguir a los críticos extranjeros, mientras que en Ucrania, Pekín parece estar reforzando las afirmaciones infundadas de Moscú.

Para contrarrestar las acusaciones de maltrato a los uigures, China organizó giras muy reguladas para diplomáticos y periodistas extranjeros. Sin embargo, los periodistas occidentales tienen prohibido informar de forma independiente en Xinjiang, y Pekín ha intentado silenciar a los críticos uigures extranjeros amenazando a sus familias y negándoles la entrada en China.

El informe del Departamento de Estado refleja las conclusiones de grupos de reflexión y defensa estadounidenses.

Estos informes sugieren que la campaña de desinformación de Pekín podría afectar a los resultados de las elecciones locales, especialmente en circunscripciones con grandes bases de votantes chino-americanos que utilizan predominantemente la aplicación WeChat, fuertemente controlada por Pekín.

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