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¿Qué hacer con las sobras de la cena de Thanksgiving? Acá te dejamos la solución

Qué hacer con los sobrantes de la cena de Thanksgiving
Imagen tomada de Pexels

En una época en la que se valora mucho el placer de cocinar y las experiencias culinarias, recalentar las sobras acaba siendo a menudo una tarea que se pasa por alto. Sin embargo, recalentar las sobras de la cena de Thanksgiving es una parte inevitable de nuestro ciclo alimentario. El secreto para convertir estos restos en tentadoras comidas reside en dominar el proceso de recalentamiento, garantizando así la conservación del sabor y la textura de los platos que una vez saboreamos.

Recalentar las sobras de la cena de Thanksgiving equivale a orquestar una sinfonía de comidas diarias. Rompe con la implacable rutina de la preparación constante de las comidas y sirve como alternativa económica y eficiente en el tiempo a la mentalidad de "cocinar una vez, comer una vez". Sin embargo, recalentar las sobras conlleva un estigma, a menudo relacionado con texturas empapadas y sabores disminuidos, que las destierran a los rincones olvidados de nuestros frigoríficos.

Esta desafortunada perspectiva de recalentar las sobras de la cena de Thanksgiving contribuye a un escandaloso 20% de desperdicio alimentario en Estados Unidos cada año, según estudios recientes. Entonces, ¿Cómo podemos cambiar nuestra mentalidad colectiva del desprecio al aprecio a la hora de recalentar las sobras? La solución podría encontrarse en el sutil arte de recalentar en sí, que tiene el potencial de conservar la esencia original de los platos que tanto disfrutamos.

A menudo, recurrimos a la comodidad del microondas cuando recalentamos las sobras, seducidos por la promesa de calor rápido y rapidez. Sin embargo, como explica la profesora de ingeniería química Margot Vigeant, de la Universidad Bucknell de Pensilvania, los microondas siguen una serie de reglas únicas. Generan calor haciendo vibrar las moléculas de agua dentro de los alimentos, un mecanismo similar al calentamiento de nuestras manos por fricción. Sin embargo, este enfoque no favorece la reacción de Maillard, esencial para la textura crujiente y la caramelización que se dan en la cocción a alta temperatura.

¿Cuál es el resultado? La masa de la pizza se vuelve blanda y el pollo empanado pierde su crujiente. Recalentar las sobras en el microondas no refleja el proceso de cocción original, y conduce inevitablemente a texturas decepcionantes y sabores desvaídos.

Acá te dejamos un vídeo de como recalentar el Pavo de la cena

Pero recalentar las sobras no tiene por qué ser una tarea funesta. Una vuelta a los métodos de cocción tradicionales, aunque requiera algo más de tiempo, puede devolver el sabor y la textura a nuestros queridos platos. Los hornos de encimera, las freidoras de aire y las sartenes resultan ser herramientas excelentes a la hora de recalentar las sobras. Estos aparatos reintroducen un equilibrio de texturas crujientes y jugosas, reavivando la comida y transformándola en una experiencia deliciosa en lugar de una tarea reticente.

Los hornos de encimera y las freidoras de aire, equipados con diversas funcionalidades, pueden recalentar un surtido de comidas, desde el pavo de Acción de Gracias hasta los macarrones con queso caseros, garantizando que las proteínas se mantengan jugosas y la corteza crujiente al recalentar las sobras. Las sartenes sobresalen con platos cocidos a fuego lento o salseados como la pasta y el curry. Un chorrito de agua o caldo puede mantener la consistencia deseada y evitar que la comida se pegue. Los alimentos empanados, sin embargo, merecen una ligera desviación de este método. Una rápida fritura en sartén con una cantidad mínima de aceite puede resucitar su crujiente exterior al recalentar las sobras.

A pesar de sus limitaciones, los microondas no carecen totalmente de mérito a la hora de recalentar las sobras. Destacan con platos de base líquida como sopas y guisos y son eficaces con verduras de alto contenido en agua y alimentos ricos en almidón como el arroz y las patatas.

Acordarse de consumir las sobras recalentadas es un paso vital para reducir el desperdicio de alimentos. Un sencillo plan de comidas, una lista visible en el frigorífico o un calendario que marque las comidas del día pueden ser de ayuda. Recalentar las sobras es, en esencia, una forma inteligente de utilizar los recursos y racionalizar nuestras rutinas culinarias. Las sobras recalentadas, en lugar de ser el hermano abandonado en la familia de los alimentos, pueden convertirse en nuestros aliados en la cocina, fomentando experiencias gastronómicas eficientes, económicas y placenteras.

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