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Arrestan a dueño de gimnasio en D.C. por enviar pornografía infantil a un agente del FBI encubierto

Detuvieron al propietario de un gimnasio. Michael Everts, de 48 años, se enfrenta a acusaciones relacionadas con la pornografía infantil

En un martes aparentemente ordinario, el 28 de noviembre, la tranquilidad de Washington D.C. se rompió cuando las fuerzas del orden locales detuvieron al propietario de un gimnasio. El individuo en cuestión, Michael Everts, de 48 años, se enfrenta ahora a acusaciones relacionadas con la pornografía infantil.

Los documentos legales asociados a la captura de Everts ponen de relieve que no se trató de una empresa precipitada, sino de una operación cuidadosamente orquestada. Durante meses, las fuerzas del orden habían estado reuniendo diligentemente pruebas contra el propietario del gimnasio de Washington D.C., sacando a la luz sus actividades clandestinas.

La investigación se inició en julio a raíz de un tip de un empleado de la aplicación de citas, Sniffies, que condujo a la suspensión de la cuenta de Evert por actividades sospechosas.

La situación dio un giro escalofriante el 26 de septiembre de 2023. Un agente encubierto del FBI, que se hizo pasar por un padre de 35 años en la aplicación de mensajería Telegram, entabló conversación con Everts.

Everts, que afirmaba falsamente tener 39 años, preguntó por la edad del hijo ficticio del agente, que estaba "a punto de cumplir 11 años". La inquietante respuesta de Everts, "La edad más caliente... Me enamoré de mi vecino hace unos años, cuando tenía unos 9", continuó el alarmante discurso.

Los acontecimientos se intensificaron aún más el 14 de noviembre de 2023, cuando Everts volvió a ponerse en contacto con el agente del FBI, preguntándole si albergaba alguna duda sobre su condición de "auténtico pederasta".

En un hecho impactante, Everts compartió varios vídeos explícitos en los que aparecían varones menores de edad, afirmando: "Ahora está verificado al 1000%. Soy un pedófilo".

El acto final de esta ominosa saga tuvo lugar en el exterior de la Apple Store, en el número 801 de la calle K Northwest, en Washington, D.C., alrededor de las 12:30 p.m. El acuerdo de reunirse en este lugar resultó ser el error final de Everts. Como estaba previsto, Everts llegó, sólo para ser detenido sin oponer resistencia, lo que supuso el fin de sus actividades ilícitas.

Este tipo de revelaciones inquietantes sacuden inevitablemente la confianza de la comunidad en sus instituciones. Sin embargo, la rápida y eficaz actuación del Departamento de Policía Metropolitana y del FBI constituye un testimonio de su inquebrantable compromiso con la seguridad y la justicia.

Esta detención sirve como potente elemento disuasorio para cualquiera que se plantee llevar a cabo actividades de explotación de este tipo, reforzando el mensaje de que la búsqueda de la justicia no deja piedra sobre piedra.

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