Oppenheimer, la película biográfica sobre el científico en el centro del esfuerzo estadounidense para desarrollar la bomba atómica, se estrenará en Japón el próximo año, después de meses de controversia y rechazo en el país.
Muchos críticos dijeron que la película, que se estrenó en Estados Unidos y otros países en julio, minimizó el impacto devastador de los bombardeos atómicos de Nagasaki e Hiroshima en 1945, que mataron a unas 210.000 personas según algunas estimaciones.
El filme fue un éxito de taquilla en todo el mundo y en los mercados asiáticos, incluidos Corea del Sur y China. Pero nunca se confirmó una fecha de lanzamiento en Japón, lo que generó especulaciones de sobre cuándo se estrenaría en el país.
Bitters End, el distribuidor de la película en Japón, dijo en un comunicado que el tema del largometraje "es de gran importancia y tiene un significado especial para los japoneses", según el periódico japonés Asahi Shimbun.
La compañía agregó que decidió estrenar la película en el país en 2024 después de “varias discusiones y consideraciones”, aunque no proporcionó una fecha exacta de estreno.
Polémica por el estreno de Oppenheimer en Japón
"La impresionante dirección de Christopher Nolan y las técnicas cinematográficas tradicionales hicieron de la película una experiencia visual única, y creemos que todos deberían compartir esa experiencia en una pantalla grande", expresó Bitters End en el comunicado.
Nolan declaró previamente a Variety que decidió no mostrar la destrucción de Hiroshima y Nagasaki en el filme porque "la película presenta la experiencia de Oppenheimer subjetivamente" y que quería "apegarse rígidamente a eso".
“Oppenheimer se enteró del bombardeo al mismo tiempo que el resto del mundo (…) Quería mostrárselo a alguien que está empezando a tener una idea más clara de las consecuencias no deseadas de sus acciones”, expresó.
Los críticos, entre los que se encontraban grupos antinucleares, argumentaron que Oppenheimer no logró dar voz al pueblo japonés que sufrió los bombardeos atómicos, ni a los residentes de Nuevo México que vivían cerca del sitio de prueba de la bomba y que continúan sufriendo los problemas de salud como consecuencias de la supuesta exposición a la radiación décadas después.