Durante una audiencia del subcomité del Senado este miércoles, el ingeniero de Boeing Sam Salehpour planteó importantes preocupaciones sobre la integridad de la fabricación de aviones de Boeing.
Salehpour alegó que para aumentar los índices de producción, Boeing puso en peligro la integridad estructural de sus reactores 787 Dreamliner, adoptando atajos de fabricación.
Estas alegaciones se suman al continuo escrutinio de Boeing tras los fallos de seguridad, incluido un grave incidente en el que una pieza se desprendió de un avión 737 Max en pleno vuelo.
Fallas en la fábrica de Boeing
Salehpour denunció observar que se empleaba una fuerza excesiva en el ensamblaje de las secciones del fuselaje del Dreamliner en las instalaciones de Boeing. Esta práctica, argumentó, podría debilitar el material compuesto de carbono esencial para la durabilidad del avión.
También reveló una cultura empresarial alarmante, en la que sus preocupaciones por la seguridad se respondían con presiones para que se conformara o guardara silencio. Estas cuestiones surgen mientras Boeing también se enfrenta al escrutinio de otro comité del Senado que examina su cultura de seguridad en general.
En su defensa, los responsables de Boeing insistieron en que el Dreamliner mantiene su integridad, respaldados por pruebas e inspecciones exhaustivas que no muestran fatiga ni grietas en los paneles de material compuesto del avión, ni siquiera en aquellos con una antigüedad de 12 años.
Refutaron las afirmaciones de Salehpour, incluido un incidente en el que supuestamente unos trabajadores saltaron sobre secciones del fuselaje del Boeing 777 para alinearlas, y las tacharon de inexactas.
Preocupación por la seguridad de los aviones
Al mismo tiempo, el Comité de Comercio del Senado fue informado por expertos en aviación, entre ellos Javier de Luis, profesor de aeronáutica del MIT, que criticó la brecha existente entre las garantías públicas de seguridad de Boeing y las experiencias reales de su plantilla.
Estas audiencias se suman a la narrativa de preocupación que envuelve a Boeing desde un incidente con una puerta en un vuelo de Alaska Airlines a principios de este año. Este incidente provocó un cambio de liderazgo, con el CEO de Boeing anunciando su dimisión a finales de año en medio de estas preocupaciones.
El senador Ted Cruz destacó la importancia de restablecer la confianza pública en la seguridad de la aviación, señalando que a pesar de ser uno de los métodos de viaje más seguros, los últimos incidentes sacudieron la confianza pública.
La Administración Federal de Aviación (FAA), criticada por su mala supervisión inicial de Boeing, en particular durante los accidentes del 737 Max en 2018 y 2019, está dirigida ahora por Mike Whitaker, que exige a Boeing una resolución exhaustiva para abordar estos problemas de seguridad y fabricación antes de finales de mayo.