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Kane revela que Bellingham intentó ponerlo nervioso durante su penal en la Semifinal de la Champions

Reflexionando sobre el momento, Kane apreció el duelo mental. "Me dio ventaja. Al ver que Lunin se movía ligeramente antes de tiempo, supe que lo tenía", comentó.

Bellingham se acercó y susurró algo a Kane mientras este se preparaba para lanzar el penalti. Foto: Twitter (@MunichFanpage).

Durante una tensa Semifinal de la Champions League, Harry Kane, el prolífico delantero del Bayern de Múnich, se enfrentó a un desafío inesperado no sólo por parte de sus adversarios, sino también de su compañero de la selección inglesa, Jude Bellingham.

En un momento rebosante de intriga psicológica, Bellingham, que jugaba en el Real Madrid, trató de psicoanalizar a Kane durante un penalti crucial.

La estrategia de Bellingham para desestabilizar a Kane

En el minuto 57, en el Allianz Arena de Múnich, el aire estaba cargado de expectación mientras Kane se colocaba para lanzar un penalti que cambiaría el partido.

Bellingham se acercó y susurró algo a Kane mientras este se preparaba para lanzar el penalti. Aunque Kane no escuchó en ese instante, Bellingham confesó después que le dijo:

"Sé que vas a ir a la izquierda del portero".

Kane desafió las palabras de Bellingham y colocó su penalti hacia la derecha del portero, Andriy Lunin, otorgando así a Bayern Munich una ventaja momentánea de 2-1 en el marcador.

El marcador no se mantuvo mucho tiempo, ya que Vinicius Jr. encontró la red, equilibrando el partido en 2-2.

Estrategias astutas en la semifinal de la Champions

Reflexionando sobre el momento, Kane apreció el duelo mental. "Me dio ventaja. Al ver que Lunin se movía ligeramente antes de tiempo, supe que lo tenía", comentó, citado por BBC News.

Este episodio entre Bellingham y Kane personifica las batallas mentales que a menudo definen momentos en el deporte profesional. Demuestra cómo los entornos de alta presión pueden forjar no sólo el rendimiento atlético, sino también momentos de astucia y estrategia.

Estas dinámicas son especialmente conmovedoras cuando jugadores que normalmente luchan codo con codo como compañeros de selección se encuentran en bandos opuestos, desdibujando las líneas que separan la amistad de la competición.