Las recientes y graves inundaciones repentinas cobraron al menos 300 vidas en el norte de Afganistán, agravando los problemas existentes en el país. Este acontecimiento devastador golpeó varias provincias, entre ellas Badakhshan, Ghor, Baghlan y Herat, destrozando comunidades y dejando a miles de personas sin hogar.
Emergencia humanitaria en Afganistán
Un portavoz de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) informó de grandes daños, con casi 2.000 viviendas destruidas por las inundaciones. Ante esta catástrofe, las agencias de Naciones Unidas (ONU) y varias organizaciones locales de ayuda se movilizaron para proporcionar asistencia crítica a los afectados.
El Programa Mundial de Alimentos inició la distribución de galletas fortificadas para ayudar a mantener a las personas afectadas, que luchan por conseguir alimentos entre las ruinas.
El Comité Internacional de Rescate (IRC) puso en marcha un importante esfuerzo de ayuda en siete provincias para hacer frente a las graves necesidades de las poblaciones desplazadas y aisladas.
La directora del IRC en Afganistán, Salma Ben Aissa, afirma que las inundaciones no sólo se cobraron vidas sino que también desmantelaron la estabilidad económica de numerosas familias, borrando por completo sus medios de subsistencia.
Toda una población afectada por las inundaciones
Una historia desgarradora procede de Gulbudeen, un residente de la provincia de Baghlan, que relató la pérdida de sus dos hijos, dos hijas y su madre a causa de las salvajes inundaciones. Un vídeo de la aldea de Laqayi muestra los esfuerzos de la comunidad por excavar sus casas entre capas de barro y escombros.
La tragedia afecto especialmente a los niños, que constituyen más de la mitad de las 600.000 personas afectadas. Save the Children se está ocupando activamente de ello desplegando unidades móviles de salud y protección infantil para apoyar a las jóvenes víctimas y a sus familias.
Expresando su profundo pesar por la catástrofe, el portavoz talibán Zabihullah Mujahid destacó el importante coste en vidas, propiedades y economía. Se encargaron a los ministerios del Interior y de Gestión de Catástrofes que intensifiquen las operaciones de rescate y apoyo a las comunidades afectadas.
Esta catástrofe es otro duro golpe para Afganistán, que ya se vio afectado por múltiples desastres naturales este año, incluidas unas inundaciones anteriores y un importante terremoto en julio.
Mientras se desarrollan estas crisis recurrentes, la comunidad internacional prosigue sus esfuerzos para aliviar el tremendo sufrimiento humano que se vive en Afganistán.