Una vez aclamado como el chico de oro del París Saint-Germain (PSG), Kylian Mbappé saltó al césped del Parque de los Príncipes este domingo para su último partido en casa en circunstancias radicalmente diferentes a cuando debutó en 2017.
El jugador de 25 años, antes una estrella emergente del Mónaco que fue transferido al PSG por la gran cifra de €180 millones ($194 millones), declaró el viernes su salida, sorprendiendo a muchos, incluido el propio club.
En su último partido, el ambiente en el Parque de los Príncipes reflejaba las capas del mandato de Mbappé en el PSG.
Afecto por una parte, rechazo por otra
Mientras una parte del público coreaba repetidamente su nombre, una mezcla de abucheos entrelazados con aplausos pintó un crudo retrato de los sentimientos actuales hacia él. En un emotivo homenaje, el Colectivo de Ultras del París desplegó una pancarta acompañada de un elaborado tifo para celebrar sus importantes contribuciones.
Esta separación apenas fue festiva desde el punto de vista del PSG. Sorprendido por la revelación de la salida de Mbappé a través de un post en las redes sociales, el PSG optó por el silencio durante el partido, renunciando a cualquier reconocimiento ceremonial para el delantero que anotó un impresionante total de 256 goles durante su etapa.
El declive de esta asociación se remonta tanto a compromisos cumplidos como incumplidos. En 2022, Mbappé amplió su relación en virtud de lo que se suponía que era el acuerdo más rico de la historia del PSG.
Sin embargo, la falta de fichajes de jugadores clave, que le pudieron permitir jugar en su posición preferida, provocó su insatisfacción. Expresando su frustración, Mbappé declaró que no prolongaría su contrato más allá de 2024.
¿El PSG menospreció a Mbappé?
La tensión fue en aumento a medida que Kylian Mbappé se sentía infravalorado y ninguneado, lo que obligó al PSG a decidir entre vender a su máximo goleador o perderlo en un traspaso gratuito. Tras excluirle de la gira de pretemporada a Japón y dejarle en el banquillo en el primer partido de liga, la ruptura entre jugador y club era manifiesta.
Cuando la dinámica del equipo se volvió tensa, tras las salidas de estrellas como Lionel Messi y Neymar, el entrenador Luis Enrique se vio obligado a reincorporar a Mbappé, donde pronto demostró su valía marcando con rapidez.
Sin embargo, esta reconciliación duró poco. Las tensiones posteriores le llevaron a jugar de forma irregular, culminando en un importante banquillo durante un partido crucial contra el Marsella, lo que representó un cambio en su estatus en el equipo.
Incluso tras una victoria del equipo contra el Barcelona, en la que se unieron brevemente para celebrarlo, las tensiones persistentes eran palpables. El fracaso del PSG a la hora de superar las semifinales de la Champions League, con Mbappé sin marcar, no hizo sino romper un poco más la relación con el PSG.
La historia de Kylian Mbappé con el PSG se cerrará con su última aparición el 25 de mayo en la final de la Copa de Francia contra el Lyon. Esta salida, salpicada de obstáculos profesionales y expectativas no cumplidas, marca un capítulo digno de mención tanto en la carrera de Mbappé como en la historia del PSG.
