La Corte Suprema del estado de Texas ratificó este viernes la prohibición del aborto en aquellos casos en los que surgen problemas durante el embarazo que ponen en peligro las vidas de las personas gestantes.
Por decisión unánime de los nueve jueces conservadores que conforman el Tribunal, se desestimó la impugnación de un grupo de 20 mujeres que interpusieron una demanda, alegando que habían sufrido graves complicaciones en sus embarazos y que, aún con razones médicas probadas, se les había negado el acceso a abortar.
El fallo refuerza aún más la prohibición del aborto en Texas, que se mantiene como una de las más estrictas del país.
La demanda para flexibilizar el aborto
La demanda, que se presentó en marzo de 2023, no pretendía derogar el veto al aborto sino aclarar cuándo se permiten excepciones.
En ese sentido, alegaron que las excepciones previstas en la ley, que permite abortar para salvar la vida de la madre o evitar el deterioro de una función corporal esencial, están escritas de una forma vaga y crean confusión entre los doctores, quienes están rechazan intevenir por temor a las repercusiones legales.
La decisión de la Justicia
El tribunal dictaminó que las excepciones de la ley son suficientemente amplias y sugirió que cualquier omisión de los médicos a la hora de actuar en situaciones de riesgo vital se debe a una interpretación errónea de la ley.
"La ley de Texas permite un aborto para salvar la vida", escribió la jueza republicana Jane Bland.
Caso dramático de un aborto necesario
Esta decisión anula una medida cautelar dictada el verano pasado por la jueza del distrito estatal Jessica Mangrum, en el que resguardó los médicos que practicaban abortos "de buena fe" durante complicaciones del embarazo.
Sin embargo, la oficina del fiscal general de Texas Ken Paxton anuló rápidamente esta medida cautelar y pidió al Tribunal Supremo del estado que interviniera.
Amanda Zurawski, una de las más de 20 mujeres demandantes, ilustró a AP las implicaciones de esta ley en la vida real.
Tras recibir el diagnostico con un embarazo no viable, tuvo que esperar hasta que la sepsis -una infección potencialmente mortal- hizo su aparición antes de someterse a un aborto.
En una declaración posterior a la sentencia, Zurawski expresó su frustración: "Estoy indignada en nombre de mis compañeras demandantes a las que el Tribunal no consideró suficientemente enfermas. Todos merecemos la autonomía corporal".
Paxton, por su parte, elogió la decisión del tribunal y afirmó su compromiso de mantener las medidas legislativas que protegen a las madres y a los bebés.
Otra víctima de la falta de sentido común
Kate Cox, una madre de Dallas, representa otro caso impactante. Después de que su feto desarrollara una enfermedad mortal, Cox visitó repetidamente las salas de urgencias de Texas sólo para que le denegaran el aborto.
Finalmente tuvo que viajar fuera del estado para someterse al procedimiento. A pesar de demandar una aclaración, el tribunal dictaminó que no había demostrado que su vida corriera peligro e instó a la junta médica estatal a proporcionar más orientación.
A principios de este año, la junta médica propuso unas directrices que promovían una documentación exhaustiva de los procesos de toma de decisiones de los médicos, pero ofreció poca claridad adicional.
La ley de Texas, una de las más duras
La legislatura de Texas, dirigida por los republicanos, no muestra signos de modificar el lenguaje de la ley para ofrecer más detalles.
El fallo del tribunal indica que la ley no exige la muerte inminente o un deterioro importante cuando un médico evalúa la necesidad de un aborto. Sin embargo, para muchos, ésta es una garantía insuficiente.
Las graves complicaciones a las que se enfrentó Zurawski, que tuvieron como consecuencia cuidados intensivos y daños reproductivos permanentes, subrayan los complejos costos humanos enredados en los debates legales.
Según la legislación vigente en Texas, los médicos que practican abortos se arriesgan a cadena perpetua, multas considerables y la pérdida de su licencia médica. Estas severas penas disuaden a los profesionales médicos de hablar de interrupciones del embarazo con las pacientes, dejando a mujeres como Zurawski en situaciones física y emocionalmente devastadoras.
Tras la decisión del Tribunal Supremo de EE.UU. en 2022 de anular el caso Roe contra Wade, la mayoría de los estados controlados por los republicanos, incluido Texas, han intensificado las leyes restrictivas del aborto, desafiando casi 50 años de derechos constitucionales afirmados.