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Luego de la Copa América, ¿Estados Unidos está listo para el Mundial 2026?

Mundial Estados Unidos 2026
MIAMI (ESTADOS UNIDOS), 14/07/2024.- Aficionados ingresan sin control al estadio Hard Rock este domingo previo a la final de la Copa América, en Miami (Estados Unidos). EFE/ David Villafranca

La Copa América 2024, concebida como ensayo previo al Mundial de 2026, se convirtió en un acontecimiento polémico. Estados Unidos, que aspiraba a un escenario mayor, tropezó en aspectos organizativos clave, lo que arrojó sombras sobre su preparación para el Mundial.

El seleccionador uruguayo, Marcelo Bielsa, encabezó las críticas. "Los futbolistas fueron obligados a hacer esto. La sanción no es para los futbolistas sino para aquellos que los obligaron a actuar del modo en el que actuaron", declaró Bielsa, defendiendo a sus jugadores que se enfrentaron a hinchas agresivos en las gradas de Charlotte.

El caos manchó Charlotte y se extendió al Hard Rock Stadium de Miami, donde los aficionados irrumpieron desinhibidos antes de la final Argentina-Colombia. Esta perturbación retrasó el partido una hora, dañando la imagen de Estados Unidos.

Problemas desde la seguridad hasta el terreno de juego

Ocho de las once sedes propuestas para el Mundial de 2026 fueron sometidas a pruebas que revelaron múltiples fallos. La FIFA y otros organismos futbolísticos mundiales examinaron de cerca estos puntos de fricción.

Los jugadores uruguayos tuvieron que proteger a sus familias de hinchas hostiles tras su derrota en semifinales ante Colombia en Charlotte, un duro recordatorio de los obstáculos que supone albergar torneos mundiales. "No tenían opción, los dejaron sin opción", comentó Bielsa, captando la angustia de los jugadores.

Otra gran preocupación era el estado de los terrenos de juego. El seleccionador de Argentina, Lionel Scaloni, se lamentó: "Hace siete meses que sabemos que vamos a jugar acá y cambiaron el césped hace dos días. El césped no está apto para este tipo de jugadores".

Otros incidentes pasados por alto en la preparación del Mundial de Estados Unidos

Las sedes de la NFL se enfrentaron a los retos del reasfaltado. Algunos críticos, como el centrocampista estadounidense Weston McKennie y el seleccionador de Chile, Ricardo Gareca, señalaron las terribles condiciones del terreno de juego, que provocaron lesiones a los jugadores.

En medio de estos problemas, la Copa América 2024 practicó protocolos contra la discriminación. Durante el partido entre México y Ecuador en Phoenix, los anuncios de advertencia desalentaron los cánticos discriminatorios, aunque el fantasma del racismo perduró.

Los jugadores canadienses, liderados por su seleccionador, Jesse Marsch, hicieron saltar las alarmas por los recurrentes abusos racistas y el trato desigual. Marsch lamentó: "Para mí este torneo no ha sido profesional, hay demasiadas lagunas en el trato, en la experiencia general, desde una perspectiva cotidiana", destacando una disparidad en comparación con otros equipos.

A pesar de que su objetivo era mostrar la capacidad de Estados Unidos para albergar acontecimientos a gran escala, el torneo reveló lagunas urgentes. La seguridad, la calidad de los terrenos de juego y la logística necesitan un serio perfeccionamiento antes del Mundial de 2026. El próximo Mundial de Clubes 2025 será otra prueba para corregir estos defectos.

Económicamente, la Copa América 2024 fue un éxito, que contrasta con el caos operativo. A pesar de los problemas de visibilidad en las ciudades anfitrionas, logró generar ganancias financieras.

De cara al Mundial de 2026, Estados Unidos debe aprender de la Copa América 2024. Es fundamental mejorar la seguridad, garantizar unos terrenos de juego de calidad superior y fomentar un ambiente inclusivo y respetuoso entre los aficionados. Las lecciones de los retos de 2024 representan la urgencia de introducir correcciones en el panorama deportivo estadounidense.

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