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La historia detrás del tatuaje de los anillos olímpicos que llevan los atletas

Desde leyendas de la gimnasia como Simone Biles hasta iconos del atletismo como Allyson Felix, muchos atletas de élite han adoptado esta tradición.

Muchos atletas marcan su piel con un tatuaje de los anillos olímpicos para recordar su éxito y esfuerzo. Foto: Twitter (@olympics).

Para muchos atletas, alcanzar la gloria en los Juegos Olímpicos representa la cima de su carrera. Años de entrenamiento riguroso, sacrificio y pasión culminan en ese momento dorado sobre el podio. Para los olímpicos estadounidenses, este viaje suele ir más allá de las medallas: un tatuaje de los anillos olímpicos marca permanentemente su piel.

Un símbolo con historia

Nevin Harrison, recién llegada de su victoria olímpica, inmortalizó su triunfo con un tatuaje de los cinco aros entrelazados en su muñeca izquierda. La pieza, valorada en $500, la unía a esta tradición apreciada entre los olímpicos: un recordatorio permanente de su arduo camino, sus triunfos y la comunidad a la que ahora pertenece.

La inspiración para Harrison surgió al observar tatuajes similares en la villa olímpica. Esta tradición, que se remonta a décadas atrás, ve a los atletas marcar sus cuerpos con los anillos como testamento de su trabajo y éxito.

Más que un tatuaje

Para muchos atletas, estos anillos son más que un simple dibujo, son una insignia de honor que representa el más alto nivel de logro deportivo. Es un rito de iniciación que los une a una hermandad exclusiva. Michael Phelps, el nadador olímpico más condecorado de la historia, lo expresó con claridad a USA Today:

"Cada vez que veo estos anillos, recuerdo los sacrificios y las incontables horas pasadas en la piscina".

En los últimos 20 años, estos tatuajes se han convertido en una imagen familiar en los Juegos Olímpicos de verano. Atletas de diversas disciplinas lucen los anillos en sus brazos, cuellos, torsos, tobillos y pies. Cada diseño es tan único como el individuo que lo lleva.

Leyendas y promesas llevan tatuajes a los Juegos Olímpicos

Desde leyendas de la gimnasia como Simone Biles hasta iconos del atletismo como Allyson Felix, muchos atletas de élite han adoptado esta tradición. Gabby Thomas, velocista olímpica, eligió una sutil versión en blanco y negro en su cuello para conmemorar su éxito en Tokio.

Para otros, los anillos sirven como recordatorio personal de su compromiso y perseverancia. La gimnasta Aly Raisman expresó conexiones emocionales ligadas a su símbolo: "Está cerca de mi corazón", dijo, revelando un discreto tatuaje olímpico cerca de sus costillas.

"Me recuerda que debo esforzarme en los momentos difíciles para alcanzar mis sueños".

Incluso los atletas paralímpicos se unen a esta tradición, aunque las normas les obligan a cubrirse los tatuajes durante las competiciones. El Comité Paralímpico Internacional ordena esto para evitar cualquier publicidad percibida. Jamal Hill, para-nadador estadounidense, compartió: "Si llevas tatuados los anillos olímpicos, te obligan a tacharlo con un rotulador".

Los atletas suelen infundir toques personales a sus tatuajes. Tara Davis-Woodhall combinó "olímpica" en japonés con planes para una versión en francés después de los Juegos. Mary Tucker, tiradora estadounidense, creó una manga parcial con los anillos entre lirios franceses y flores de cerezo japonesas.

¿Cuándo es tradición tatuarse los tres anillos?

Evy Leibfarth, atleta de canoa/kayak, esperó hasta los 18 años para hacerse el tatuaje. La decisión fue espontánea, y Leibfarth optó por el lado izquierdo de su torso.

Para algunos atletas no hay prisa. Kara Goucher, por ejemplo, no se hizo el tatuaje hasta 15 años después de su primera participación en los Juegos, influida por los ánimos de su hijo. Ben Hallock, capitán del equipo masculino estadounidense de waterpolo, esperó siete años. "Quería pensar por qué me lo hacía y qué significaba para mí", reflexionó.

Los tatuajes olímpicos son más que un simple adorno: son un recordatorio permanente de los sacrificios, la dedicación y los triunfos que han llevado a estos atletas a la cima del deporte mundial. Son un símbolo de la comunidad olímpica y del espíritu inquebrantable que impulsa a los atletas a perseguir sus sueños.

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