Los equipos de campaña de Kamala Harris y Donald Trump presentan enfoques muy diferentes y desafíos únicos en su preparación para las próximas elecciones.
Mientras la vicepresidenta enfrenta tensiones internas por la integración de diferentes facciones demócratas, el equipo de Trump se concentra en una planificación meticulosa desde hace ya varios años para un posible regreso a la Casa Blanca.
Harris y su equipo armado con muy piezas distintas
Por un lado, el equipo de Harris se caracteriza por su complejidad y las tensiones internas. Desde que asumió un papel más prominente, intentó construir un equipo que combine a sus propios leales con los exmiembros de la campaña de Barack Obama y los veteranos del equipo de Joe Biden.
Esta amalgama llevó a que algunos describan la organización como un "Frankenstein", debido a la mezcla de personas con diferentes lealtades y estilos de trabajo. Según un informe de Axios, esta combinación resultó en un equipo de campaña que a menudo se siente sin la cohesión suficiente y con múltiples polos de poder, lo que genera confusión sobre quién está realmente a cargo.
Uno de los cambios más significativos en la campaña de Harris fue la salida de Mike Donilon, el principal estratega de comunicación de Biden, quien regresó a la Casa Blanca.
Para llenar este vacío, Harris contrató a expertos propios, incluyendo a destacados asistentes de la campaña de reelección de Obama en 2012, lo que añadió otra capa de complejidad a la estructura.
Harris y su intento por tener cerca a Biden
Además, Harris mantuvo a muchos de los altos funcionarios de la campaña de Biden, en un esfuerzo por evitar que el equipo del presidente se sienta marginado.
Sin embargo, esta precaución generó cierta confusión interna sobre quién tiene la autoridad final para tomar decisiones, una situación que se vio exacerbada por las tensiones entre los asesores de Obama y los del mandatario.
Un ejemplo claro de estas tensiones es la contratación del abogado electoral Marc Elias, conocido por sus estrategias controvertidas y su estrecha relación con el exfiscal general Eric Holder, quien se desempeñó bajo la administración Obama.
Elias ahora ayuda con la estrategia de recuento de los demócratas, pero su presencia ha sido divisiva dentro de la campaña.
Confusión en el equipo demócrata
Algunos miembros del equipo de Biden expresaron su descontento, sintiendo que sus decisiones fueron continuamente cuestionadas por los asesores del expresidente, y que estos últimos han estado presionando para que Biden no busque la reelección.
Esta situación creó una falta de claridad en los roles dentro de la campaña, especialmente en los niveles inferiores de la organización, donde la competencia por la autoridad es más evidente.
La organización profesional del Trump
En contraste, el equipo de Trump se centró en una planificación meticulosa y de largo plazo para un posible regreso a la Casa Blanca. A diferencia de la campaña de Harris, que se caracteriza por la incertidumbre y la competencia interna, el enfoque del republicano es claro y definido.
La planificación de su transición ha estado en marcha durante años, dirigida principalmente por un think tank llamado America First Policy Institute (AFPI), un grupo de expertos conservador que cuenta con numerosos exfuncionarios leales a Trump, tal como indica el medio Politico.
La organización detrás del republicano
El AFPI estuvo trabajando discretamente para preparar una administración que pueda actuar rápidamente para deshacer el legado de Joe Biden y evitar el caos que caracterizó el inicio de la administración Trump en 2016.
Este grupo llevó a cabo más de 1.000 entrevistas con exfuncionarios de la administración Trump y analizó exhaustivamente las órdenes ejecutivas de Biden, preparando más de 100 nuevas acciones que podrían implementarse inmediatamente en caso de una victoria electoral.
La planificación del AFPI fue liderada por figuras clave como Brooke Rollins y Linda McMahon, quienes trabajaron en estrecha colaboración con Trump para asegurarse de que el equipo de transición esté listo para comenzar desde el primer día.
Trump se diferencia de Harris
A diferencia de Harris, cuyo equipo se enfrenta a desafíos en la integración y la coordinación, el equipo de Trump se beneficia de una clara estructura jerárquica y de una planificación anticipada.
El AFPI fue muy cuidadoso en evitar errores del pasado y mantuvo un perfil bajo para no enfurecer al expresidente ni a sus seguidores. A pesar de su independencia oficial de la campaña de Trump, el AFPI está profundamente conectado con el candidato republicano y sus aliados, y muchos partidarios lo ven como un componente esencial en los preparativos para 2025.
Este enfoque contrastante entre Harris y Trump también se refleja en sus mensajes de campaña. Mientras que Harris centró su campaña en temas de "libertad" y "futuro", distanciándose del enfoque de Biden en la "democracia" y sus logros presidenciales, Trump mantuvo un enfoque más directo en deshacer las políticas de la administración Biden.
Harris ha tenido que navegar cuidadosamente entre mantener la lealtad del equipo de Biden y avanzar con su propio mensaje y estilo, lo que creó algunas frustraciones internas.
Por ejemplo, algunos miembros del equipo expresaron su molestia por tener que defender las posturas progresistas previas de Harris, como el apoyo a "Medicare para todos" y la prohibición del fracking, temas que consideran que ayudaron a Biden a ganar la nominación demócrata en 2020.
Lecciones aprendidas
En cuanto a Trump, su equipo -al parecer- aprendió de los errores del pasado e implementó una planificación más rigurosa para asegurar que una segunda administración esté mejor preparada desde el principio.
La AFPI trabajó en estrecha colaboración con cabilderos y expertos en políticas para desarrollar una agenda que se centre en la desregulación del gobierno federal, el fortalecimiento de los derechos religiosos y una represión más agresiva contra el crimen, entre otras políticas.
El grupo también ha apoyado públicamente la continuación de la construcción del muro fronterizo con México, la reducción del gasto federal y la declaración de Antifa (un movimiento de extrema izquierda de EEUU) como grupo terrorista nacional.
Mientras tanto, el esfuerzo de transición oficial de Trump sigue avanzando, aunque con retrasos en comparación con la planificación de su primera campaña presidencial. El equipo de transición está dirigido por Linda McMahon y Howard Lutnick, y comenzó a considerar nombres potenciales para el gabinete y otros puestos clave en una posible segunda administración Trump.
A pesar de estos retrasos, el equipo de Trump sigue comprometido con su objetivo de estar listo para deshacer lo que considera los "fracasos y el caos" de la administración Biden-Harris desde el primer día.