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Una Vida Transformada: La Historia de Francisco

Foto: Cortesía

En 2016, la vida de Francisco dio un giro inesperado que le cambiaría para siempre. A punto de terminar su jornada laboral, Francisco, originario de Hidalgo, México, de repente no podía hablar. Tenía la cara tan hinchada que parecía que le hubieran picado decenas de abejas. Alarmados por la situación, sus compañeros de trabajo llamaron a una ambulancia y lo llevaron de urgencia al hospital.

Tras una serie de exámenes, los médicos le dijeron a Francisco que no se trataba de una reacción alérgica. Más bien, sus dos riñones estaban fallando. Aunque Francisco llevaba un estilo de vida muy saludable, una bacteria con la que había nacido había estado dañando silenciosamente sus riñones y su cuerpo sin que él lo supiera. Los médicos le informaron de que la única opción para sobrevivir era un trasplante de riñón. Pronto se inscribiría en la lista nacional de espera de trasplantes con la esperanza de que un héroe donante de órganos fallecido le donara un riñón.

Tras recibir el alta hospitalaria, Francisco inició inmediatamente un tratamiento de diálisis para eliminar las toxinas y el exceso de agua de su sangre. La diálisis le mantendría con vida hasta que le donaran un riñón. Al principio, recibía tratamiento tres veces por semana, cada sesión de tres horas y media. Sin embargo, decidido a no dejar que esta enfermedad se apoderara de su vida, Francisco optó por seguir trabajando y manteniendo a su familia. Para que esto fuera posible, se sometió a diálisis nocturna durante seis horas y media.

Tras cinco años y medio de paciencia, perseverancia y resiliencia, Francisco recibió la llamada que tanto tiempo llevaba esperando: un heroico donante de órganos era compatible con él. El trasplante tuvo lugar en el Hospital Johns Hopkins en 2021. Ahora Francisco puede volver a disfrutar de su comida favorita, desde frijoles hasta tacos, y puede viajar a México para ver a su esposa e hijos. Y ahora comparte su historia para ayudar a los demás

Durante los cinco años que estuvo esperando un riñón, Francisco nunca se rindió. Dice: «Lo mejor que uno puede hacer es aceptar qué está sucediendo, no perder nunca la fe y seguir siempre adelante». Francisco es actualmente supervisor de jardinería y está profundamente agradecido por el apoyo que le brindaron sus jefes y su familia durante todo ese tiempo. Anima a todos los miembros de nuestra comunidad a informarse sobre la donación de órganos e inscribirse como donantes. Puede obtener más información e inscribirse hoy mismo en DoneVida.org.