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Kevin Cabrera pone a rodar la historia en Prince George

Nacido en Los Ángeles e hijo de padres mexicanos es el custodio del archivo histórico y de los museos. Está buscando cómo integrar a los latinos

Kevin Cabrera
Kevin Cabrera tiene más de 15 años de experiencia en el manejo de museos entre California y Maryland. | Foto: cortesía.

Kevin Cabrera es el hombre de los museos en el condado de Prince George. Todas sus iniciativas pasan por su retina capaz de retener el legado del pasado sin olvidar enriquecerlo con las contribuciones del presente. En este último capítulo se incorporan los latinos.

Quien fue director del Museo de Aviación en College Park hasta 2022 ahora es subjefe de la División de Recursos Históricos. Su función es supervisar y gestionar las cinco casas-museos y los programas de Arqueología y de Historia Afroamericana. A su visión y a la de su equipo se debe la puesta a rodar el museo móvil (Skofa) que lleva la cultura e historia a las escuelas y la creación del festival anual de Latinas en la Aviación.

Para los latinos, Cabrera es en la cultura histórica y contemporánea del condado lo que Joseline Peña-Melnyk es en la salud en Maryland. Siempre está tratando de que no se pase por alto que esta minoría existe. “Las personas empiezan a sentir que pertenecen cuando se enteran de que nos interesamos por su historia, sus familias, sus vecindarios y en eso estamos trabajando”, dice.

Kevin Cabrera: el hombre de los museos en el condado de Prince George

Kevin Cabrera fue director del Museo de Aviación en College Park y quien ayudó a levantar el festival anual de Latinas en la Aviación. | Foto: Cortesía.

La historia en Prince George no puede abstraerse de ese pasado de esclavitud. “Nuestros museos han sido interpretados a través del lente de los dueños de las propiedades y estamos investigando a fondo para comprender el ayer de nuestros sitios”, asegura Cabrera, nacido en Los Ángeles de padres mexicanos.

Para que los latinos encajen y conecten con esta narrativa, Cabrera cree que se necesita creatividad, conocer a la comunidad y entender sus necesidades. “Los espacios verdes son muy populares entre los latinos y para atraerlos podemos crear visitas guiadas a los jardines o noches de cine y música al aire libre”, dijo el líder.

Por ejemplo, en la casa-museo de Riverdale se están haciendo recorridos en español. “Muchos de nuestros museos tienen una arquitectura hermosa y jardines maravillosos, queremos que la experiencia del visitante sea significativa desde el momento en que pisa esos terrenos”.

En esos sitios históricos se aprende mucho sobre las tradiciones o la comida; los latinos pueden encontrar similitudes, más cuando vienen de una cultura que privilegia a la familia unida alrededor de una mesa. “A veces -señala Cabrera- lo más importante es abrir las puertas y decir: ustedes también pertenecen aquí, bienvenidos”.

“Hay que sacar el museo a la calle”

Mirando hacia atrás, la universidad perdió a un desmotivado estudiante en administración de empresas, pero gracias a su padre Ustacio Cabrera, un hábil contador de fábulas y leyendas, ganó a un entusiasta alumno de historia.

Aunque no tenía claro para qué le serviría su curiosidad por el pasado, imaginó que ser profesor de historia no estaría mal; sin embargo, las coordenadas del destino le tenían reservado un mentor de nombre John Ebby, maestro de preparatoria y fabuloso narrador. “Fue una inspiración, siempre me contaba relatos fascinantes. Aún mantengo contacto con él”, recuerda.

Cabrera todavía es como el nuevo vecino del barrio, aún no ha cumplido los cinco años de vivir en esta área. Vino de dirigir el museo Santa Ana en el condado de Orange en California, donde la inmensa mayoría son chicanos e inmigrantes mexicanos. Aquí, en cambio, se encontró un arcoíris de razas y nacionalidades de las que sigue aprendiendo.

Trajo una baza a su favor que a la vez ya es una tendencia universal: el museo tiene que salir a la calle, la comunidad tiene que ver y compartir lo que hacen. “No podemos esperar que el público siempre venga a nosotros. En Santa Ana organizábamos las fiestas patrias con el consulado mexicano y la celebración de Las Posadas eso atraía a la comunidad. ‘¡Wow, esto es genial!’ nos decían y volvían”.

“Todos tenemos algo que contar”

El museo móvil que va a las escuelas es otra de las iniciativas puestas a rodar bajo la dirección de Kevin Cabrera. | Foto: cortesía.

No hay muchos Cabreras en el mundo de los museos estadounidenses, quien sabe si pequeña hija, quien el otro día le dijo que su materia favorita en la escuela era historia, le dé un día por seguir los pasos de su padre, que de pequeño tenía en la punta de la lengua las preguntas ¿Por qué?, ¿Quiénes son? y ¿Qué hicieron?

Quizá para atraer a más latinos a la museología es que vean a profesionales como él. “Ese es el desafío”, dice y apura a contar que su madre, Yolanda, cuidaba ancianos, a veces la acompañaba para que los viejitos le cuenten historias. “Así supe que todos tenemos algo que contar”.

Ir a las escuelas, estrechar lazos con las asociaciones de padres de familia, con el Latin American Youth Center, con la Universidad de Maryland o participar en el Día del Buen Vecino para fomentar el orgullo de los latinos es parte de su trabajo. Otra responsabilidad es la de padre de tres hijos, darles amor y enseñarles que los esfuerzos traen recompensas. En eso y en correr y nadar se va el poco tiempo libre que le queda.

Volver de Alabama después de una conferencia, tomar un Uber en el aeropuerto y regresar a casa conversando con el chofer hondureño, quien le contó que vino en 1995, que vive en Wheaton y sentir esa conexión inmediata que da el idioma y la cultura, eso es ser latino para Cabrera.

¿Su consejo?: “Es bueno no saber qué quieres ser de grande, para eso estamos los adultos para que nos pidan ayuda. Busquen un mentor, estoy dispuesto a hablar con los jóvenes. Me encanta hacer impacto en la juventud a través de la historia. Si me necesitan escríbanme a kevin.cabrera@pgparks.com lo importante es no rendirse”.

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