El Departamento de Policía de Takoma Park envió un recordatorio en el que puntualizan que en Navidad o en cualquier otra ocasión todos los fuegos artificiales, incluidas las bengalas, son ilegales en el condado de Montgomery.
“El uso y la posesión privados de fuegos artificiales, incluidas las bengalas, conllevan una multa de $500. La venta de fuegos artificiales en Maryland es ilegal y conlleva una multa de $1,000”, dice el comunicado.
Los fuegos artificiales, aunque son una tradición en numerosas celebraciones, tienen efectos nocivos significativos en el medio ambiente, la vida silvestre y la salud humana. Uno de los principales problemas es la contaminación que generan.
¿Por qué los fuegos artificiales son nocivos?
La explosión de fuegos artificiales libera una variedad de sustancias químicas en la atmósfera, incluyendo metales pesados como el plomo, bario y estroncio, que son utilizados para producir colores vibrantes. Estas sustancias pueden precipitarse en el suelo, el agua y el aire, afectando la calidad ambiental y degradando los ecosistemas locales.
Además, los fuegos artificiales contribuyen a la contaminación acústica, un problema que impacta gravemente a los animales. Muchas especies silvestres, desde aves hasta mamíferos, dependen de sonidos específicos para comunicarse, alimentarse y reproducirse.
Los ruidos fuertes y repentinos de los fuegos artificiales pueden causar estrés en los animales, alterando su comportamiento normal. Esto es especialmente preocupante durante épocas críticas, como la temporada de reproducción, donde el estrés puede afectar la capacidad de los animales para criar a sus crías de manera efectiva.
Los impactos en la salud humana también son preocupantes. La inhalación de partículas finas y gases emitidos por los fuegos artificiales puede agravar problemas respiratorios, como el asma y otras afecciones pulmonares.
Las personas con condiciones preexistentes son especialmente vulnerables. Además, la exposición a las explosiones puede provocar ansiedad, especialmente entre aquellos con trastornos de estrés postraumático (TEPT) o en poblaciones sensibles como los ancianos y los niños.
Por último, el uso de fuegos artificiales puede desencadenar incendios forestales y urbanos, especialmente en épocas secas. Las chispas de los fuegos artificiales tienen el potencial de encender materiales inflamables en áreas cercanas, resultando en daños significativos al medio ambiente y a las propiedades.
Estos riesgos, combinados con la contaminación y el estrés que generan en los animales y las personas, hacen que la celebración con fuegos artificiales sea cada vez más cuestionada, abriendo la puerta a la consideración de alternativas más seguras y sostenibles.