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Para los trabajadores federales cerrar la laptop no es tan fácil

El telework representa una parte significativa de la dinámica federal: 46% de los empleados pueden optar por esta modalidad y 228.000 lo hacen totalmente

Implementar esta medida no solo será complejo, sino que enfrentará resistencia legal de los sindicatos, además de las restricciones impuestas por la ley federal sobre derechos laborales y adaptaciones razonables para trabajadores con discapacidades. | Foto: EFE.

Una cosa es ordenarlo como presidente, y otra es que siempre pueda hacerlo. Donald Trump ordenó a las agencias federales terminar con el telework y exigir la presencialidad total, pero se le olvidó que el 26% de la fuerza laboral federal está sindicalizada y protegida por acuerdos colectivos.

Implementar esta medida no solo será complejo, sino que enfrentará resistencia legal de los sindicatos, además de las restricciones impuestas por la ley federal sobre derechos laborales y adaptaciones razonables para trabajadores con discapacidades.

Impacto en la fuerza laboral. El telework representa una parte significativa de la dinámica federal: 46% de los empleados pueden optar por esta modalidad y 228.000 lo hacen totalmente.

El Departamento de Defensa y Asuntos de los Veteranos concentran la mayor cantidad de remote workers.

Reducir esta modalidad podría desincentivar a empleados clave y complicar operaciones en áreas críticas. A eso súmale que las agencias enfrentarían problemas al intentar sustituir trabajadores especializados que abandonen sus puestos.

Motivaciones y controversia. Trump busca consolidar control político en las agencias, con Elon Musk como aliado estratégico. Musk sugirió que eliminar el teletrabajo causará renuncias masivas, lo que abrirá espacios para nuevos nombramientos alineados con la agenda presidencial.

Sin embargo, esta estrategia es un arma de doble filo: lograr personal leal debilitará la capacidad operativa en medio de iniciativas ambiciosas como la reducción de regulaciones y deportaciones.

En otras palabras, los costos políticos y administrativos, esos que tanto ha intentado minimizar la nueva administración, no serán menores.