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Salió el primer vuelo de autodeportación a Honduras: con un niños ciudadanos estadounidenses incluidos

FOTO: EFE

Estados Unidos ha dado un giro tecnológico —y ligeramente cínico— a su política migratoria: si estás en el país de manera ilegal, ahora puedes bajarte una app, apretar unos botones, y decirle adiós al sueño americano con una sonrisa, una maleta... y $1,000 de “gracias por participar”.

Este lunes aterrizó en Honduras el primer vuelo de Project Homecoming, una iniciativa del Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) que permite a los inmigrantes indocumentados "autodeportarse" voluntariamente. Así es, autodeportarse. Porque ahora hasta irse del país tiene branding.

Más de 50 personas se "autodeportaron"

Un total de 64 personas fueron parte de este nuevo capítulo de la política migratoria estadounidense. 38 hondureños desembarcaron en el aeropuerto Ramón Villeda Morales, entre ellos al menos 19 menores, varios de ellos nacidos en EEUU ¿La razón para salir del país? Evitar la separación familiar y... bueno, aprovechar que ahora te pagan por irte.

“Cada uno recibió $1,000, incluidos los niños”, confirmó el vicecanciller hondureño Antonio García. Un incentivo que suena menos a asistencia humanitaria y más a liquidación de empresa.

Y por si te lo estás preguntando, sí: el dinero se entrega al confirmar, vía app, que ya estás en tu país de origen. Porque hasta el último clic cuenta.

El DHS, con evidente entusiasmo tecnológico, presentó la CBP Home App, heredera del CBP One de la era Biden, que antes se usaba para pedir asilo. Ahora, sirve para renunciar educadamente a ese mismo proceso. “Si estás aquí ilegalmente, usa la app para tomar control de tu salida y recibe apoyo financiero para volver a casa”, dijo la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, con tono más de influencer que de funcionaria.

El vuelo continuó rumbo a Colombia, donde bajarán los demás participantes de esta especie de “gira de despedida” organizada por el gobierno estadounidense. No es un reality show, aunque tiene todos los elementos: drama familiar, decisiones difíciles, y una app que decide tu destino.

Y ojo, la lógica del gobierno no es solo altruista. Según el DHS, cada deportación formal cuesta unos $17,000, mientras que este nuevo modelo ahorra gastos y permite al gobierno decir que ofrece una “salida digna”. Eso sí, si no aceptas esta generosa oferta digital, te espera el combo clásico: detención, multa, deportación forzosa y prohibición permanente de regreso.

Detrás del “formato voluntario” se esconde un fuerte mensaje: si no te vas por las buenas, te vas por las malas. Y para que no queden dudas, el gobierno ha lanzado una campaña de $200 millones para convencer a los migrantes de que quedarse no es opción. Es un “Stay Out” en mayúsculas.

Lo más paradójico es ver cómo niños nacidos en EE. UU. —ciudadanos por derecho constitucional— se suben a estos vuelos con sus padres, en una especie de deportación por solidaridad familiar. Una solución que evita la separación... pero plantea preguntas incómodas sobre identidad, pertenencia y la supuesta protección de la ciudadanía.

Estados Unidos parece haber encontrado una nueva forma de resolver el problema: pagar para que te vayas. Y como dice el viejo dicho capitalista, si no puedes echarlos, incentívalos.

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