Según el informe original, la administración de Donald Trump ha lanzado un ataque directo contra Harvard, ordenando la cancelación de todos los contratos federales con la icónica universidad. El objetivo es claro: cortar vínculos financieros estimados en $100 millones y presionar a la institución para que implemente cambios significativos en su gestión.
La carta de Gruenbaum
Josh Gruenbaum, el Comisionado del Servicio de Adquisición Federal, instó a las agencias federales a evaluar y posiblemente terminar sus contratos con Harvard. En su misiva, Gruenbaum destaca la necesidad de alinear estos contratos con las prioridades estratégicas de las agencias. Las acciones solicitadas por el comisionado tienen una fecha límite clara: las agencias deben reportar sus decisiones antes del 6 de junio.
Gruenbaum también llamó la atención al hecho de que la universidad ha enfrentado críticas por una supuesta falta de atención a la seguridad y bienestar de sus estudiantes judíos. Este argumento no es nuevo, ya que una fuerza de tarea criticó a Harvard Law Review por ofrecer una beca de $65,000 a un manifestante acusado de agredir a un estudiante judío. El contexto de estas preocupaciones incluye alegaciones de discriminación racial en el proceso de admisión de Harvard.
Impacto financiero y demandas legales
La administración ya había tomado medidas drásticas congelando más de $2.6 mil millones en fondos de investigación para Harvard. Además, Trump ha solicitado que la universidad pierda su estatuto de exención de impuestos. Ante este panorama, Harvard no se quedó de brazos cruzados; demandó al gobierno de EE.UU., logrando una orden judicial temporal que bloqueó la prohibición de inscribir estudiantes extranjeros.
El presidente de Harvard, Alan Garber, se mostró decepcionado con las demandas gubernamentales y aseguró que estas no reflejan una intención de cooperación genuina para abordar el antisemitismo en el campus. Garber ha expresado que algunas exigencias son desmedidas y represivas.
Próximos pasos y posibles consecuencias
El Secretario de Seguridad Nacional, Kristi Noem, señaló que la respuesta de Harvard ante las demandas gubernamentales sobre mala conducta estudiantil ha sido insatisfactoria. Mientras tanto, Trump ha amenazado con desviar $3 mil millones en subvenciones hacia escuelas de comercio, sugiriendo que sería una mejor inversión para el país.
La situación es complicada, y los resultados de esta confrontación podrían redefinir las relaciones entre Harvard y el gobierno federal. La comunidad académica observa de cerca, ya que las repercusiones podrían extenderse mucho más allá de los límites de esta prestigiosa universidad.