El presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, acusó al régimen de Nicolás Maduro de liderar “una guerra de cuarta generación” que busca la desestabilización, que tiene intereses oscuros, para lo cual cuenta con un socio, el expresidente hondureño Manuel Zelaya, quien fue depuesto del poder por un golpe de Estado en 2009.

Hernández hizo tal aseveración durante su discurso en la 74a Asamblea General de Naciones Unidas en Nueva York, ante la cual también acusó a los narcotraficantes de emprender una campaña de desprestigio en su contra por haber tomado acciones contra el el crimen organizado de su país.

Hernández, quien ha sido señalado por los fiscales neoyorquinos de haber participado en una conspiración vinculada a delitos de narcotráfico y por la cual será juzgado su hermano, José Antonio Hernández, sostuvo en su discurso frente a las delegaciones de los países miembros de la ONU que la campaña emprendida en su contra es la consecuencia de su lucha contra los carteles.

El mandatario denunció que por esta lucha que ha iniciado su gobierno para enfrentarse contra el crimen organizado ha sido objeto de atentados a su vida y ahora tienen que enfrentar una campaña que busca desprestigiarlo y que la misma “ha sido liderada por narcotraficantes, mareros, corruptos, depurados, asesinos confesos e inclusive políticos”.

Los documentos de la Corte del Distrito Sur de Nueva York señalan que Hernández habría recibido 1,5 millones de dólares del narcotráfico para financiar su campaña en 2013, cuando llegó a la presidencia por primera vez. Hernández fue reelegido en 2017 como presidente de la República de la nación centroamericana.

En la acusación federal contra el hermano del presidente hondureño, José “Tony” Hernández, ex-parlamentario procesado en Nueva York y cuyo juicio se iniciará el 2 de octubre de 2019, se le califica como un miembro de la conspiración que incluye el envío de miles de toneladas de cocaína a los Estados Unidos.

En su alocución ante la plenaria de Naciones Unidas, que tuvo lugar este miércoles, sostuvo que existe una estructura transnacional que incluye lo político que promueve el odio infundado, y que dicha organización infunde miedo en los comunicadores sociales, lo que genera la autocensura.

Explicó que las acusaciones en su contra fueron hechas por narcotraficantes que estaban molestos porque han sido perseguidos por las agencias de su gobierno y que dichos criminales han sido extraditados a los Estados Unidos para ser juzgados por sus crímenes.

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