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Trump vs Biden: los seis puntos del último debate

Este jueves, la Universidad de Belmont, en Nashville, Tennessee, sirvió de sede del último debate presidencial antes de los comicios del próximo 3 de noviembre. Donald Trump, mandatario estadounidense, y Joe Biden, ex vicepresidente, protagonizaron una cita conducida por Kristen Welker, corresponsal de NBC News en la Casa Blanca.

A diferencia del primer debate, en este los micrófonos de Trump y Biden fueron apagados por dos minutos cada vez que le tocó responder al otro para permitirles hablar sin interrupciones, una dinámica que no se respetó en el primer encuentro.

Coronavirus

El primer tema a discutir giró en torno a la pandemia del COVID-19. Sobre esto, el republicano adelantó que “en cuestión de semanas va a anunciarse una vacuna (contra el virus) y la distribuirá el ejército”; sin embargo, pese a destacar el trabajo de varias compañías que luchan por dar con el fármaco, no mencionó a las encargadas de suministrar al gobierno. “Esperamos tener 100 millones de dosis”, agregó.

Del otro lado, Biden acusó al jefe de Estado y su manejo de la pandemia. A su juicio, “cualquier persona que tenga responsabilidad en tantas muertes no debería ser presidente de Estados Unidos”. En cuanto a su propuesta en dicha materia, se encargaría “de que todo el mundo lleve mascarilla, aplicaría pruebas de detección rápida y reglas nacionales para la apertura de colegios y negocios, dándoles recursos para hacerlo”.

Trump, quien aseguró que ha sido felicitado por distintos líderes mundiales por la forma en que atacó la crisis del brote, volvió a responsabilizar a China de la incidencia del COVID-19. En cuanto a su postura respecto a las declaraciones del doctor Anthony Fauci, especialista en epidemiología de la Casa Blanca, manifestó llevarse bien con él: “creo que es demócrata, pero está bien. No vamos a tener problemas”.

Para el candidato demócrata, “vamos a entrar a un invierno oscuro y no hay un plan claro” respecto al manejo del virus.

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Seguridad Nacional

Cuando Welker pasó al segundo punto, los participantes se apuntaron mutuamente y responsabilizaron de la injerencia de otras potencias en territorio estadounidense. Trump, por ejemplo, señaló que Biden había recibido dinero desde Rusia, país que, según sus funcionarios, esperan que pierda el próximo 3 de noviembre “porque nadie ha sido tan duro contra ellos”.

Mientras, el ex vicepresidente prometió que “cualquier país, sea cual sea el que interfiera en estas elecciones, lo pagará”.

Durante este tramo de acusaciones, Biden puso nuevamente sobre la mesa el tema de las declaraciones de impuestos del republicano, a quien recientemente, de acuerdo con una investigación del New York Times, solo pagó $750 en 2016 y 2017. La respuesta del jefe de Estado fue comentar que próximamente revelará sus números en materia tributaria, algo que ha prometido con anterioridad: “voy a divulgar mis declaraciones de impuestos, tan pronto como termine la auditoría”. Asimismo, aclaró que ha prepagado decenas de millones de dólares en impuestos, de ahí el bajo monto en los mencionados calendarios fiscales.

En cuanto a la relación con otros mandatarios, Trump manifestó tener un buen vínculo con Kim Jong-un, líder norcoreano, “el problema internacional más grande” para el ex presidente Barack Obama, refirió.

Sobre este personaje, Biden confirmó que se reuniría con él bajo la condición de que reduzca la actividad nuclear.

Familias y la economía

Una de las principales grietas en Estados Unidos actualmente tiene que ver con la economía. El impacto del coronavirus en territorio norteamericano se hizo sentir con fuerza, elevando drásticamente la tasa de desempleo. Trump, quien ha presumido de contar con una política económica exitosa, acusó a Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara Baja, de ser el obstáculo para un segundo paquete de estímulo económico.

Preguntado sobre el posible aumento del salario mínimo, apeló a una “opción estatal”.

Los exponentes se pasearon por el tema migratorio, sobre el que el mandatario indicó que “trabaja muy fuerte” para reunir a más de 500 niños inmigrantes con sus padres, quienes fueron separados bajo la política Tolerancia Cero.

“A los niños los traen acá los coyotes y muchas personas malas. Ahora tenemos una de las fronteras más fuertes y más de 400 millas del nuevo muro”, dijo.

Biden, por su parte, calificó esta acción como algo “criminal” y añadió que, en caso de ser elegido presidente, pondría en el camino de la ciudadanía a los Dreamers.

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Racismo

Uno de los aspectos más relevantes del año en Estados Unidos fueron las protestas en las que se exigió igualdad social y poner freno a la brutalidad policial, especialmente en los casos que terminaron con las muertes de George Floyd y Breonna Taylor, ambos afroamericanos.

El republicano expresó que “con excepción de Abraham Lincoln, ningún presidente ha hecho más por la comunidad afroamericana que yo” y confesó que su primera impresión del movimiento Black Lives Matter le “pareció terrible”; sin embargo, se mostró como “la persona menos racista de esta sala”.

Cambio climático

Al igual que en el primer debate, el cambio climático fue puesto sobre la mesa, un tema sobre el que el presidente estadounidense aseguró querer “agua y aire más limpio”. A su juicio, “tenemos las mejores cifras en 35 años en emisión de dióxido de carbono” y recordó que decidió salirse del Acuerdo de París “porque teníamos que gastar millones de dólares y nos trataron muy injusto”.

Con miras al futuro, Biden prometió 50 mil puestos de carga en autopistas y carreteras para autos eléctricos e indicó que “la industria del petróleo contamina y hay que reemplazarlo por energías renovables con el tiempo”.

Liderazgo

La cita acabó con ambos pronunciandose contra aquellos que no votarían por ellos.

El republicano comentó que “tenemos que hacer un país exitoso, tal como lo era antes de la plaga que llegó de China. Teníamos las mejores cifras de desempleo en la población negra hispana asiática, con o sin título universitario”. Para Trump, “si él (Biden) gana, vamos a tener una depresión como nunca se ha visto”.

Mientras tanto, el demócrata cerró diciendo que “voy a hacer que ustedes sean representados y tengan esperanza. Podemos hacer que la economía crezca y acabar con el racismo sistémico”.

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