Por Carmen Rodríguez | Especial para El Tiempo Latino
La crisis de salud que inició el año pasado a causa de la pandemia por COVID-19 está avanzando hacia su etapa final. Sin embargo, los problemas de salud causados por el sedentarismo producto del encierro y el confinamiento están empezando a revelar otras afectaciones de salud.
Médicos y expertos de la zona metropolitana de Washington, DC advierten que los hábitos alimenticios, que también se vieron alterados, especialmente entre la comunidad, durante la pandemia son las causas principales de diabetes, obesidad e hipertensión. Es por esta razón que el grupo Together for DC Health está apoyando la propuesta de ley para garantizar equidad de nutrición en las comunidades vulnerables y propensas a adquirir problemas de salud crónicos.
“El Nutrition Equity Amendment Act está diseñado para ayudar a las comunidades, especialmente a las comunidades latinas y afroamericanas para garantizar equidad en la nutrición. Nuestras comunidades latinas y afroamericanas no están educadas y no tienen acceso a la equidad de nutrición con respecto al consumo de bebidas y prácticas saludables”, dijo al Tiempo Latino la pediatra Yolanda Hancock.
Esta propuesta de ley está diseñada y enfocada en la promoción del consumo de alimentos y bebidas saludables, con el objetivo de corregir a corto y largo plazo los malos hábitos alimenticios que junto a los cambios de salud y de alimentación, acentuados durante la pandemia, hacen más propensas a las personas a padecer alguna enfermedad crónica.

“Esta propuesta garantiza la inversión, no solo para proveer alimentos, sino también para proveer educación sobre nutrición para ayudar a la gente a comprender qué tipo de alimentos es el más adecuado y necesario para sus organismos y el impacto que tienen los alimentos en sus organismos, porque los alimentos pueden ser también vitaminas o pueden ser venenos”, explicó la pediatra.
La propuesta incluye gravar un impuesto que podría representar un aumento de alrededor de 30 centavos a una bebida azucarada de 20 onzas, por ejemplo. Esto afectaría a ciertos productos que se venden en supermercados o en tiendas de conveniencia que contienen altos niveles de azúcar, como las bebidas gaseosas, los jugos envasados, las bebidas energizantes y los jugos tipo néctares. Pero también incluye acciones para informar a la comunidad sobre la importancia de no consumir este tipo de bebidas y de optar por otras bebidas que no contienen altos niveles de azúcar saturada.
Según los expertos médicos, proporcionar información a la población no solo ayuda a la prevención del consumo de estos productos que a la larga resultan contraproducentes para la salud; sino que también, ayuda a las familias, especialmente a los padres y a los abuelos que están bajo el cuidado de niños y adolescentes para prepararlos en la prevención de padecimientos como la obesidad y la diabetes.
“Informar a la población sirve también para que entiendan cómo comer saludable, cómo elegir alimentos buenos para adultos y niños. La diabetes y la obesidad son dos problemas de salud que afectan más a los niños y jóvenes latinos, que a los afroamericanos o que a los asiáticos; el riesgo de estas enfermedades y de presión alta, son mayores en los niños latinos y afroamericanos, en comparación con los niños anglosajones, y creemos que esta legislación puede hacer cambios para que la gente tenga acceso a alimentos saludables y a programas para que las personas tengan buena salud”, apuntó Hancock.
Este tipo de programas también contribuye a prevenir el gasto y la inversión de salud en el tratamiento de enfermedades crónicas. En el caso de pacientes adultos que padecen diabetes, el tratamiento que incluye suministro de insulina puede costar hasta $1 mil 500 al mes, la pediatra señala que este mismo tratamiento en niños o adolescentes suele ser dos o tres veces más caro que el que reciben los adultos.

Latinos y diabetes
De acuerdo con un estudio reciente del Centro Para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) los latinos y los afroamericanos son los dos grupos étnicos que presentan 17 veces más probabilidades de desarrollar prediabetes y diabetes 2, en comparación con los blancos anglosajones o los asiáticos en Estados Unidos.
El CDC señala que en los adultos que residen en Estados Unidos las posibilidades de desarrollar diabetes tipo 2 es de 40% para cualquier persona, peor para los latinos esas posibilidades son del 50% y este grupo es propenso a desarrollarla a una edad temprana y las complicaciones de salud causadas por la diabetes a este grupo, pueden ser dos veces mayores.
Además, la entidad de salud explica que esto se debe a que los hispanos o latinos, tienen genes propensos al desarrollo de esta enfermedad. Además, las comidas latinas, especialmente las fritas, tienen un alto contenido de grasas saturadas y calorías. Y normalmente, los latinos comen en exceso durante festejos o reuniones familiares.
La obesidad también es un problema más repetitivo y de riesgo entre la comunidad latina o hispana, ya que las personas de este grupo racial tienden a hacer menos ejercicio en comparación con otros grupos. Erróneamente, entre la comunidad latina, las madres o abuelas consideran a la obesidad en los bebés o preadolescentes como una señal de buena salud, agrega el CDC.
Estos problemas incrementan ante la poca cultura de visitas al médico, la falta de acceso a la salud por razones relacionadas a estatus migratorio y la falta de una correcta comunicación al respecto del padecimiento o de la prevención debido a la limitante del idioma. Al no poderse comunicar correctamente con el médico, los latinos tienden a no seguir las indicaciones de las recetas médicas o a continuar con los tratamientos.
“Uno de los retos ha sido no tener suficientes fondos para este tipo de programas, especialmente cuando van enfocados a las comunidades latinas porque los programas no son completamente bilingües a la hora de prevenir diabetes entre la comunidad latina que es las más impactada con estos problemas de salud”, dijo la doctora Hancock.
El doctor Federico Ash, director de Cardiovascular Cord Labs and Cardiac Imagining Reaserch at MedStar Heart and Vascular Institute, apunta también que los problemas cardiovasculares, vinculados o provocados por la obesidad o por la diabetes entre la comunidad latina también son altos. De ahí la importancia de información a la comunidad latina, para que reconozca los pasos a seguir para la prevención de estos padecimientos.
“La incidencia de problemas cardiovasculares en la comunidad latina es muy alta. La incidencia de diabetes, obesidad e hipertensión es alta y es necesario poder educar a la población sobre cuál es el significado de cada uno de estos problemas, como pueden prevenir y evitar. Eso implica hacer conocer a la población que sepa de qué se trata y no solo se trata de decirle a la gente que la incidencia de diabetes es mayor en los latinos”, dijo el doctor Ash.
Impuesto similar al de cigarrillos
La propuesta impulsada por los médicos contempla el impuesto a los productos antes mencionados, algo similar a lo que ocurrió con el impuesto gravado a los cigarrillos. El especialista cardiovascular explica que lejos de que sea una medida restrictiva hacia el consumo de bebidas con altos niveles de azúcar, es una acción para acercar la información a las comunidades para que puedan saber cómo prevenir la obesidad y la diabetes en sus hijos.
Por su parte, la pediatra Hancock, dijo también que este impuesto no afectará el comercio de los productos y tampoco afectará a los pequeños negocios. Parte de este impuesto -se señala en la propuesta- será utilizado para desarrollar los programas de educación en la comunidad.
“Se puede hacer una comparación con lo que pasó con los cigarrillos. Cuando se empezó a poner las advertencias en las cajas sobre que los cigarros causan cáncer, mucha gente no le importó. Pero cuando se incrementó el precio, con el impuesto, los más afectados fueron los adolescentes de las comunidades de color y disminuyó considerablemente el consumo”, dijo Hancock.
Los fondos recolectados también pueden ser utilizados como fondos para que las familias puedan canjearlos en supermercados o tiendas de conveniencia por vegetales, frutas o productos más saludables que no contenga azúcares o grasas saturadas.
“Cuando hablamos de restringir el consumo de bebidas que tienen mucha azúcar, o con mucha sal o con mucha grasa, hay un motivo científico. Es muy rico comer carnes que tienen grasa, pero lamentablemente eso hay que pagarlo. La cantidad de azúcar en las bebidas procesadas es enorme es mayor de lo que uno piensa. La cantidad de azúcar que tiene las sodas o las bebidas de sport tienen cantidad alta y ese es el concepto del “Bill”, que es importante tomar un rol activo para mejorar las elecciones que nuestra comunidad puede hacer cuando se sienta en a la mesa”, dijo el doctor Ash.
Según el médico, las bebidas azucaradas o las bebidas energizantes son las que representan un peligro mayor para los niños y adolescentes pues son los productos que mayor concentración de azúcar tiene, que se pueden encontrar y adquirir con facilidad.
Los médicos apuntaron que las personas pueden encontrar más información en inglés y español o apoyar a la promoción de la propuesta de ley enviando un mensaje de texto a DC Nutrition Equity al 46839 o visitar las redes sociales de Together for DC Health.