Por Olga Imbaquingo - Especial para El Tiempo Latino
La escasez de farmacéuticos es una de las alarmas que se encendieron durante esta pandemia y aquí está un nicho de oportunidades laborales para los latinos. Esta es una profesión que requiere cuatro años de estudios universitarios, ofrece un salario digno y en el lugar de trabajo apreciarán profesionales bilingües y biculturales, que se comuniquen con los pacientes en el idioma que mejor entienden.
Una encuesta de la Asociación Nacional de Farmacéuticos Comunitarios encontró que el 80% de las farmacias en todo el país están teniendo dificultades para llenar vacantes y crear más plazas laborales debido a la falta de estos profesionales. Según el departamento de Estadísticas Laborales, se necesitan unos 11 mil 300 farmacéuticos cada año para trabajar en las cadenas de farmacias, hospitales, centros de salud y clínicas, donde su diversidad cultural y de idioma es muy necesaria, más en tiempos de pandemia.
“Esta es una oportunidad para que los estudiantes miren a la carrera de farmacéutico como una opción para su futuro laboral”, dijo Larry Shattuck, director de admisiones de la escuela de farmacia de Notre Dame of Maryland University, durante la charla virtual “Viaje estudiantil: de Puerto Rico a Baltimore”.
Para Verónica Cool, directora de Cool Associates LLC, quien moderó este conversatorio, el programa de estudios de esta escuela de farmacia es único, por el hecho de que Shattuck ha viajado alrededor del mundo conectándose con universidades y estudiantes. En Puerto Rico encontró prometedoras posibilidades de atraer a esos profesionales que tanta falta están haciendo en Maryland y DC.
Pocos hispanos y pocas mujeres
Cool expuso algunas estadísticas: mientras casi un 25% de la población de Estados Unidos es de origen hispano, menos de seis doctores de cada 100 pertenecen a esta etnia. Lo que quiere decir que “son muy poquitos los especialistas hispanos a cargo de la salud de una comunidad en pleno crecimiento; y, si hablamos de la presencia de las mujeres latinas en la industria de la salud es aún menos visible, necesitamos cambiar esa narrativa”.
Shattuck observó que sí ha habido cambios en los últimos 15 o 20 años. “Hemos logrado aumentar el número de mujeres que están estudiando para ser boticarias de un 30% o un 40% hasta un 60%”. Sin embargo, la presencia de latinos y latinas en las aulas de las escuelas de farmacia es de apenas poco más del 4% del estudiantado”.
Según Shattuck, la escasa presencia hispana en un campo laboral, cuyos salarios oscilan entre $112 mil y $148 mil, es un asunto de oportunidades y comunicación. “Tenemos que dejarles saber a los jóvenes que estudiar para farmacéutico es una excelente opción y que las farmacias están necesitando boticarios bilingües, capaces de hablarles a los clientes en su idioma en las áreas metropolitanas de DC y Baltimore”.
El área metropolitana de DC es un polo de atracción para los inmigrantes y un farmacéutico, con dos y hasta tres idiomas, es muy valorado. Eso es lo que está haciendo Notre Dame of Maryland University: promover esta carrera entre los estudiantes latinos, en particular, desde Puerto Rico. Ana Flores Santiago y Loreal Del Valle son jóvenes que ahora están estudiando en la escuela de farmacia y aspiran a ser doctoras especializadas en farmacología.
“Es más que contar pastillas”
“Siempre quise estudiar algo relacionado con la salud y en mis primeros años de estudio me gustó farmacia”, dijo Flores Santiago, a quien le encanta la idea de trabajar para los latinos y crear conciencia de que el trabajo del farmacéutico “es más que contar pastillas”.
Superada la melancolía de haber dejado atrás la familia, a los amigos y un clima envidiable en la isla, esta estudiante ha hecho de Notre Deme of Maryland University su casa. Es miembro del comité de admisiones y está trabajando en la cadena de farmacias CVS.
Del Valle también desde muy joven supo que su futuro profesional tendría que ver con la ciencia. Ahora que estudia en la escuela de farmacia sabe que ella pertenece a una minoría con escasa representación en este campo. “Quiero ser farmacéutica para ayudar a la gente y estar en Baltimore me está reafirmando que mi profesión y mi español ayudarán a los pacientes a tener más confianza y les devolverá la tranquilidad de que hay alguien que los entiende”.
Es obvio que Puerto Rico es diferente a Maryland, pero para Del Valle, quien entre clase y clase es parte del grupo de tutores, trabaja en CVS y en un hospital, el sacrificio está valiendo la pena. “Si nosotros lo estamos haciendo, otros también pueden hacerlo. Los necesitamos, únanse a nuestro pequeño mundo de los latinos en farmacia”, fue la invitación de esta estudiante, para que otros jóvenes de la isla, de otros estados y del área metropolitana le den la oportunidad a una profesión que, como dijo Flores Santiago, “es muy gratificante”, solo por el hecho de hablarles en español a muchos pacientes y arrancarles una sonrisa de alivio porque al fin alguien les ayudará en lo que quieren.
Murmullo en español
La escuela de farmacia de ese centro de estudios superiores tiene un atractivo más, por doquier se escucha el español. Según Shattuck, entre un 20% y 25% del estudiantado viene de Puerto Rico y se están haciendo esfuerzos para que lleguen de otros estados y de otras naciones.
En Puerto Rico tienen acuerdos con universidades y a los estudiantes que llegan dentro de ese programa les ofrecen vivienda gratuita dentro del campus. Esta oferta es para el primer año y el segundo en caso de aún lo necesiten.
Para ponerse en contacto con este programa de estudios de la escuela de farmacia, Shattuck anima a los jóvenes estudiantes con este mensaje: “De verdad los necesitamos ahora y aquí y nos pueden encontrar fácilmente. Todo lo que tienen que hacer es ir a nuestro website, www.ndm.edu, entren a la escuela de farmacia y apliquen”.
De llegar a Maryland y avanzar en sus estudios, como lo están haciendo Flores Santiago y Del Valle, obtendrán un diploma de educación superior, un trabajo fácil de encontrar y la recompensa que estas dos estudiantes dicen sentir: “hacer la diferencia para una comunidad necesitada de profesionales que los entiendan”.