Cientos de trabajadores de hospitales en Virginia fueron suspendidos o perdieron sus trabajos porque se negaron a recibir la vacuna contra el coronavirus, como lo requieren la mayoría de los principales sistemas de atención médica, reseñó The Washington Post este domingo.
El contexto: En todo el país, los sistemas de atención médica que han instituido mandatos de vacunas han visto a trabajadores renunciar o ser despedidos por su negativa a recibir la inyección, lo que agrava la escasez de enfermería especializada y de atención de cabecera en medio de la pandemia.
- Los primeros mandatos entraron en vigencia el 1 de septiembre, con otras dos oleadas programadas para el 18 de octubre y el 1 de noviembre, según una encuesta de políticas hospitalarias.
- Los sistemas de atención médica en las áreas rurales de Virginia, donde generalmente hay más resistencia a las vacunas, se ven más afectados por el éxodo de empleados que los hospitales urbanos y suburbanos.
- Algunos sistemas de salud del área, como Ballad Health, han optado por no requerir la vacuna de forma obligatoria, por temor a que demasiados trabajadores abandonen sus puestos.
Los datos: Inova, en el norte de Virginia, perdió 89 trabajadores por incumplimiento del requisito del sistema, que es menos de la mitad del 1% de su fuerza laboral; mientras que Valley Health, con sede en el norte del valle de Shenandoah, despidió a poco más del 1% de sus empleados por no recibir la vacuna.
- Alan Levine, director ejecutivo de Ballad Health, calculó que un mandato le costaría a Ballad entre un 5% y un 10% de su personal.
- Aproximadamente 63% del personal de Ballad Health ya está vacunado: un número más alto que las comunidades del suroeste de Virginia y el noreste de Tennessee a las que sirve el sistema.
Fuente principal de la noticia: The Washington Post.