Con el incremento de los costos de los colegios universitarios y de las universidades en las últimas décadas y las fluctuaciones de la economía en general, muchas familias no pueden afrontar los gastos de una educación superior.
Al mismo tiempo que esto sucede, la competencia para obtener becas es feroz. Sólo aquellos que logran un GPA superior a 3 o 3.3 pueden aspirar a una ayuda económica de las universidades o de otras organizaciones.
“Son muy pocos los que tienen un abuelo que cuando el nieto nace le deposita $50.000 en el banco para la universidad”, afirmó el lunes 14 Luanne Lee, directora y fundadora de Your College Planning Coach, una compañía con sede en Manassas, Virginia, dedicada a planificar los ahorros para el college.
Desde 1996 Lee se especializa en finanzas y lanzó su empresa cuando advirtió que muchos de sus clientes sucumbían ante los préstamos universitarios.
Un estudio de fines de 2012 de la National Association of Consumer Bankruptcy Attorneys advirtió que la cifra de jóvenes endeudados por préstamos universitarios ha crecido en los últimos años con deudas que llegan hasta los $80.000.
La elección del college involucra a toda la familia y abarca una diversidad de ángulos que van desde los costos, la duración de la carrera, hasta las posibilidades de empleos rentables que permitan pagar los préstamos.
Muchos apuestan a los planes 529, a través de los cuales se puede ir ahorrando el dinero de los impuestos, pero no siempre resultan acertados porque dependen de los vaivenes del mercado.
El College Savings Plans of Maryland, una agencia independiente del estado, ofrece una variedad de aminos basados en los programas 529 para que los estudiantes logren encontrar una universidad asequible a los ingresos familiares. Y a su vez tiene planes para ayudar a las familias de Maryland a ahorrar dinero para el futuro de sus hijos y para reducir los préstamos estudiantiles y otras formas de endeudamiento.
“Lo que hace un coach de planificación de ahorros es mostrar otras posibilidades que permitan al estudiante pagar menos y ahorrar dinero”, dijo Lee a El Tiempo Latino.
“Lo fundamental es analizar las opciones de universidades disponibles, los ingresos familiares, las aptitudes del estudiante y la perspectiva de futuro que tenga la carrera elegida”, añadió.
Muchos padres comienzan a ahorrar desde que los hijos están en la escuela primaria. Otros, ponen el dinero en programas de pre pago de cuotas.
Pero lo cierto es que las universidades tienen un costo que puede oscilar entre los $19.000 hasta más de $60.000 al año.
Con un buen programa de planificación, el ahorro sobre esos montos puede reducirse $3.000 y $9.000.
Según Lee, en nada se diferencia una familia latina del resto de la población. Pero muchos hijos de hispanos son la primera generación en el país y sus padres no están en condiciones de guiarlos por desconocimiento del sistema educativo.
Y los consejeros de las escuelas están demasiado ocupados como para darles una orientación detallada.
Un coach de planificación, no sólo trabaja en los aspectos y opciones financieras de la familia, sino también se ocupa de hacer una investigación sobre las habilidades más destacadas de cada estudiante para que elija una carrera que le permita pagar lo invertido, en el caso de que tenga que sacar un préstamo.
“Lo peor que pueden hacer los padres es guiarse por experiencias ajenas”, remarcó Lee.
“Todos los casos son diferentes. Muchos hablan con el vecino, pero no necesariamente es el mejor plan para cada familia. No es sólo ahorrar, sino planificar”, concluyó Lee.