El tren de Amtrak perdía velocidad cuando golpeaba pequeños montículos de nieve en un tramo de la campiña de Illinois, hasta que se topó con un montículo lo bastante grande como para frenar su motor de 8.000 caballos de fuerza.
Cuando estaba a unos 150 kilómetros (90 millas) de su destino en Chicago, los pasajeros terminaron atrapados durante la noche en el tren, donde leyeron libros, vieron películas en computadoras portátiles y se divirtieron con un maquinista que bromeaba por el intercomunicador. Los alimentos se agotaban y algunos ánimos se desbordaban, pero el personal mantuvo encendidos los calentadores, entretuvo a los niños e incluso acompañó por turnos a pequeños grupos afuera para fumar.
“Uno escucha esas historias de horror acerca de los coches que paran en la nieve y se congelan hasta la muerte. Pensé: ‘Oh Dios, esto va a suceder, nosotros vamos a estar en mantas”’, dijo la pasajera Chris Smith.
No estaban solos. En vastas zonas del país, el vórtice polar congeló los viajes y dejó a automovilistas y pasajeros de aerolíneas luchando por seguir su trayecto y, cuando ya no pudieron, luchando por evitar el aburrimiento y el frío.
Las aerolíneas cancelaron de nuevo varios miles de vuelos el martes, debido a que el frío extremo ralentizó todo, desde el reabastecimiento de combustible hasta el manejo de los equipajes. En las carreteras, los fuertes vientos que empujaron nieve como si se tratara de dunas desérticas obligaron a las autoridades a cerrar carreteras principales, incluyendo un tramo de 120 kilómetros (75 millas) de la autopista Interestatal 81 desde el norte de Syracuse, Nueva York, a la frontera con Canadá.
El tren que quedó varado en medio de la nieve cerca del pequeño pueblo de Arlington, en el centro-norte de Illinois, fue uno de los tres trenes de Amtrak que transportaban un total de 500 pasajeros y quedaron atascados en el estado durante la noche. Funcionarios de Amtrak finalmente los pusieron a salvo, y después los llevaron en autobús a sus destinos.
Aerolíneas y aeropuertos seguían sufriendo el martes bajo la tensión del frío, aunque las condiciones parecían estar mejorando lentamente.
United Airlines seguía operando con horarios reducidos en sus centros de operaciones en Chicago, Cleveland y Newark, Nueva Jersey, en parte porque era peligroso para los trabajadores de rampa cargar maletas afuera en el frío extremo.
JetBlue dijo que para la tarde del martes estaba operando su programa completo de vuelos en los aeropuertos Kennedy, LaGuardia, Newark, Nueva Jersey, y el aeropuerto Logan de Boston después que se vio obligada a suspender los vuelos en esos lugares la noche del lunes.