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Miles de niñas violadas en conflicto armado de Colombia

Washington, DC.- Sandy Díaz recuerda la tarde que al salir de su escuela primaria en su natal Meta, Colombia, unos hombres armados la secuestraron junto a otros cuatro niños para integrarla a las filas de los grupos paramilitares. Tenía 11 años.

“Me violaron una y otra vez por más de un año”, expresó a El Tiempo Latino, el jueves 10, la joven quien ahora tiene 25 años, y que junto a una delegación colombiana viajó a Washington para denunciar estos hechos.

Como ella, miles de menores que viven en medio del conflicto armado no sólo experimentan de cerca la violencia social, sino el abuso sexual, aseguran organizaciones de derechos humanos.

De acuerdo con un estudio publicado en marzo y realizado por la campaña “Violaciones y otras Violencias: Saquen mi Cuerpo de la Guerra”, entre 2008 y 2012 se registraron en todo el país por lo menos 48.915 casos de menores de 18 años víctimas de violencia sexual.

“Y esto es sólo los casos que se han reportado de manera oficial, creemos que son muchísmos más”, señaló Diana Arango, activista de la campaña.

Arango, Díaz y Estela Duque, directora ejecutiva del grupo Taller de Vida llegaron a Washington el miércoles 9 para entrevistarse con congresistas y agencias. Traen “la voz” de miles de niños abusados. También se dirigieron a Nueva York. El domingo 13 regresan a su país.

“Queremos dar voz a todos estos niños y niñas que sufren la violencia y abuso sexual y que la comunidad internacional se dé cuenta de estos atropellos”, expresó Duque.

Según las cifras del estudio denominado “Que Dejen de Cazar a las Niñas y los Niños”, se reporta que  de las  más de 48.000 víctimas, unas 41.300 fueron niñas y 7.600 niños, donde el presunto perpetrador fue una persona armada.

Otro dato: “hallamos que unos 27 menores son agredidos sexualmente a diario en el territorio nacional”, expresó Duque.

El informe, dado a conocer el 27 de marzo,  fue realizado en base a los datos de 1.070 municipios de los 1.130 existentes en Colombia.

“Queremos visibilizar a los niños, niñas y jóvenes víctimas de violencia sexual que han quedado en las sombras por tanto tiempo”, dijo Arango. Las marcas no se borran “pero se superan con ayuda”, concluyó Díaz.