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EE.UU.-Centroamérica: El turno de los presidentes

El presidente Barack Obama recibe hoy, viernes 25, en la Casa Blanca a los presidentes de Guatemala, Otto Pérez Molina; Honduras, Juan Orlando Hernández; y El Salvador, Salvador Sánchez Cerén. Los cuatro líderes y el vicepresidente Joe Biden hablarán sobre “cómo reforzar nuestra colaboración para contener el flujo de migrantes indocumentados”, explicó el portavoz de la Casa Banca, Josh Earnest, en un comunicado.

Se trata —dijo— de ver cómo EE.UU. y Centroamérica están cooperando para “promover una migración legal, segura y ordenada entre nuestros países”.

La adolescente salvadoreña Gabriela Villalta con su hermano Josué, el 22 de julio de 2014, en una concentración ante la Casa Blanca pidiendo por los inmigrantes indocumentados como ella que vinieron a este país para reunirse con su familia y huyendo de la violencia.


           
   

Santiago Tavara-ETL

La adolescente salvadoreña Gabriela Villalta con su hermano Josué, el 22 de julio de 2014, en una concentración ante la Casa Blanca pidiendo por los inmigrantes indocumentados como ella que vinieron a este país para reunirse con su familia y huyendo de la violencia.

El miércoles 23, el embajador de El Salvador ante la ONU, Rubén Zamora, en compañía de los embajadores ante la Casa Blanca de Honduras, José Milla, y de Guatemala, Julio Ligorria, visitaron el Congreso y se reunieron con 14 senadores —en su mayoría del Comité de Relaciones Exteriores.

“Hubo varias coincidencias con el grupo de senadores… La pobreza nos trae falta de oportunidades y violencia, y eso colabora con el deseo de ciertos sectores de salir del país. Además, muchos ya tienen familiares en EE.UU. y es natural que las familias quieran reunificarse”, subrayó Zamora

Por su parte, los ministros de Exteriores de los tres países centroamericanos participaron, el 24, en el Wilson Center de DC en un panel de discusión sobre el tema de los niños migrantes.

El tema ha desatado una tormenta política que enfrenta a la administración Obama no sólo con la oposición republicana, sino también con sectores demócratas  y grupos religiosos disconformes con el énfasis que ha puesto el Gobierno en las deportaciones.

Familias hablan de separación y crimen

La violencia y la inseguridad fueron dos de las razones que motivaron a la adolescente salvadoreña Gabriela Villalta a tomar la dura decisión, en 2013,  de cruzar ilegalmente la frontera de México a EE.UU. para reunirse con sus padres.

“Salí en septiembre de mi país y entré en octubre a Estados Unidos. Vine porque allá el país está bien peligroso, vivimos en la inseguridad. Vine para mejorar mi calidad de vida y sobresalir”, dijo la joven a El Tiempo Latino el martes 22 de julio durante una protesta de dirigentes religiosos cerca de la Casa Blanca.

Diversos grupos reclaman al presidente Obama una salida humanitaria para miles de niños y jóvenes centroamericanos como Gabriela que cruzan solos la frontera huyendo de la violencia, las pandillas y, en muchos casos, para reencontrarse con sus familiares luego de años de separación por el estancamiento en el Congreso de una reforma migratoria. El Gobierno estima que antes de final de año habrán llegado ilegalmente a Estados Unidos unos 70.000 niños centroamericanos.