Un Gran Jurado en la ciudad de Ferguson, Missouri, decidió no acusar formalmente al oficial Darren Wilson con ningún cargo relacionado a la muerte del adolescente afroamericano de 18 años Michael Brown, evitando que vaya a juicio y evantando la tensión racial en el caso.
Wilson, de raza blanca, disparó contra Brown, el 9 de agosto durante un altercado. El joven estaba desarmado.
El Gran Jurado —compuesto por doce personas, nueve de raza blanca y tres afroamericanos— determinó que los cinco cargos que enfrentaba Wilson, incluido el de asesinato, no procedieron “en base a las evidencias”, según declaró en una conferencia de prensa el fiscal de Ferguson, McCulloch.
La familia de Brown expresó su decepción por la decisión del Gran Jurado, pero llamó a la calma.
“Estamos profundamente decepcionados de que el asesino de nuestro hijo no vaya a enfrentar consecuencias por sus acciones”, dijo y agregó “mientras entendemos que muchos comparten nuestro dolor, les pedimos que canalicen su frustración en maneras que puedan hacer un cambio positivo”.
“Les pedimos que mantengan sus protestas de manera pacífica”, señaló la familia.
SIn embargo muchas de las miles de personas que esperaban ansiosamente la decisión provocaron disturbios y saqueos cerca a la corte en donde el jurado tomó la decisión. También se registraron autos de patrullas quemados y otro tipo de vandalismos. La Policía respondió con disparos y se teme que la situación siga escalando en la ciudad.
La muerte de Brown levanta una vez más la tensión entre la policía y jóvenes afroamericanos en una ciudad cuya mayoría es de raza negra, pero que cuenta con un departamento policial de mayoría blancos.
En base a las evidencias y las declaraciones de los testigos, Brown no recibió un disparo por la espalda como se había dicho en la prensa.
