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La pasión de una madre futbolera

PASIÓN. El frío no pudo contener a esta afición del Colón FC.


           
   

José Luis Argueta para ETL

PASIÓN. El frío no pudo contener a esta afición del Colón FC.

El equipo Colón FC llegó a la final del Torneo Clausura de la American Soccer League con la meta de tumbar el invicto de cuatro coronas consecutivas que tenía su rival Tulapa.

Y aunque presentó un equipo blindado en todas sus líneas, entre ellos cuatro jugadores y un técnico de una misma familia, Colón no pudo destronar a Tulipa, club que ganó el partido 4-2 para titularse pentacampeón.

Hacía mucho frío la tarde del domingo 11 en las canchas de Prince George Community Learning Center en Hyattsville, Maryland.

Sin embargo, Colón FC estaba acobijado desde las tribunas por una aficionada muy particular: la salvadoreña Leticia Orellana, madre de cuatro de los jugadores, yerna del técnico y líder de la barra en la que también se encontraba Lizette, hermana de los jugadores.

No ganaron el título de la Liga pero para ellos la satisfacción fue igual. “Queríamos el campeonato y aunque no se nos dio de todas maneras nos sentimos muy bien con el segundo lugar”, dijo Leticia Orellana a El Tiempo Latino.

Con gorros, chaquetas y guantes, Orellana, sus hijas y otras mujeres allegadas al equipo, se calentaron con el calor del juego, los saltos y el agitar de las banderas, demostrando el poder del fútbol, el deporte más popular del planeta, para despertar pasiones a las del supuesto sexo débil.

En la cancha, Edwin (34) Manuel Alejandro (30), Demar Alfredo (28) y Carlos Mario (26), se esforzaban para competir con Tulapa y, al ritmo de pases y goles, brindar a su madre Leticia, anticipadamente, un lindo regalo de Navidad.

Es que Orellana tiene el fútbol en la sangre y —dice— lo transmitió a sus hijos desde que los llevaba en las entrañas. “Siempre he sido aficionada al fútbol y creo que ellos lo heredaron porque cada vez que estuve embarazada también seguía mucho el fútbol”, aseguró Orellana, originaria del cantón El Porvenir en el departamento de Usulután en El Salvador.

Los Orellana no son los únicos que son familia en el equipo Colón FC: casi todos los que los acompañaron esa gélida tarde, algo fácil de anticipar, son familiares de los jugadores. “El fútbol es una fiesta y cuando hace frío como el domingo, nos vamos para mi casa en Landover, Maryland, y ahí seguimos la celebración”, concluyó Orellana.

Leticia Orellana lleva el fútbol en la sangre

TRADICIÓN. Hombres mujeres y niños disfrutan del fútbol aficionado que se ha convertido en el principal pasatiempo de los latinos. “Siempre he sido aficionada al fútbol y creo que mis hijos lo heredaron porque cada vez que estuve embarazada también seguía mucho el fútbol”, aseguró Orellana, originaria del cantón El Porvenir en Usulután, El Salvador.