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Las delicias salvadoreñas de Elías Arias

MULTISABORES. Elías Arias prepara uno de las "piraguas" en su negocio en la Liga de Langley Park.


           
   

Gabriela López para ETL

MULTISABORES. Elías Arias prepara uno de las "piraguas" en su negocio en la Liga de Langley Park.

Los salvadoreños conservan la misma pasión y sabor que caracteriza su exquisita comida, inclusive fuera de sus fronteras. Una realidad que en Estados Unidos no es la excepción.

El salvadoreño Elías Arias deleita el paladar de centenares de personas de distintas nacionalidades.

Junto a una de sus hijas, una hondureña y tres salvadoreños más, atiende este negocio que instala los fines de semana en la entrada a los campos de fútbol de la escuela primaria Hutchison Elementary School, ubicada en Herndon, Virginia, en donde se disputan partidos de fútbol aficionado de hombres y mujeres.

“El negocio empezó hace tres años, la idea era darle algo de comer a la gente en las canchas y empezamos vendiendo minutas con mango”, recordó Arias al comenzar la entrevista con El Tiempo Latino.

En esta venta ambulante no solo se puede encontrar minutas de varios sabores, sino también elotes locos, refrescos, mango, pepinos, coco, panes con pollo, entre otras delicias.

TRADICIÓN. Los granizados que vende Elías Arias son muy populares en toda Latinoamérica.


           
   

Gabriela López para ETL

TRADICIÓN. Los granizados que vende Elías Arias son muy populares en toda Latinoamérica.

La comida no es a lo único que Elías dedica su tiempo. Durante la semana es subcontratista en una compañía de limpieza, pues su afán de conseguir más ingresos se debe a una promesa que le hizo a sus padres antes de morir. “Antes de fallecer ellos me pidieron el favor de que nunca me fuera a olvidar de ellos -hermanos-, tengo tres hermanas y dos hermanos. Solo uno esta acá los demás en El Salvador, económicamente les ayudo mensualmente, aunque sea para la comida, pero les mandamos algo”, afirmó.

Su infancia no fue como la de otros niños, Elías no pudo asistir a la escuela debido a las carencias que enfrentaba su familia. Recuerda que empezó a trabajar a los nueve años cortando milpa hasta que tuvo la oportunidad de viajar a los Estados Unidos. “Con eso ayudaba a mis papás, no era mucha cosa, pero más o menos, algo siquiera, me recuerdo de mi niñez, todo empolvado me mantenía, de mis amigos y que casi nunca me gustó hacer travesuras, tampoco tuve la oportunidad de estudiar, éramos muy pobres”.

El anhelo de ver a su familia en mejores condiciones le dio el coraje de dejarlo todo atrás a sus veintidós años y buscar el sueño americano en 1985. El salvadoreño recuerda que el viaje hasta este país lo hizo en tan sólo dos días, tuvo la oportunidad de viajar en avión hasta Tijuana, México un día sábado y el domingo ya se encontraba en San Diego, California.

Su destino final fue el Estado de Virginia en donde vivió durante treinta años, y los últimos dos los ha vivido en Maryland. Su primer trabajo al llegar al país de los sueños fue en el centro comercial de Montgomery, en donde limpiaba y aspiraba los pisos del edificio.  Luego trabajó en construcción y colocando grama, gracias a estos trabajos el dinero empezó a llegar a sus papás en aquel país centroamericano. Su vida se vistió de luto hace tres y cuatro años cuando ellos fallecieron.

Elías también sufrió la ruptura de su matrimonio hace dos años con la persona que procreó dos hijas y con la que convivió durante 28 años, pero ese momento amargo no lo ha detenido para seguir soñando en grande, tiene un trabajo formal y un negocio propio, vive junto a sus hijas Mirna y Yesenia, y su nieta Génesis de seis años, con las que lucha día con día.

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