Durante el pasado fin de semana, mientras el resto del mundo ojeaba los titulares sobre el foro económico en Davos o el regreso de los Grammys a Nueva York, una historia sobre un chef, un desaire y la hija del presidente ganó fuerza en Washington.
El empresario de restaurantes superestrella, José Andrés, tuiteó el sábado por la noche que no se le permitió participar en una fiesta exclusiva en el Cafe Milano, un lugar de reunión VIP en Georgetown, y que Ivanka Trump pudo haber tenido algo que ver con el desaire. Como era de esperar, la multitud anti-Trump de Twitter se hizo presente, lo que llevó a Ivanka y al propietario de Milano, Franco Nuschese, a acercarse a Andrés a la mañana siguiente y lanzar declaraciones a los medios. No no no. Todo fue un malentendido. Era solo un evento privado con una apretada lista de invitados.
Al principio, Andrés pareció aceptar el mea culpas, escribiendo en tweets el domingo que no creía que Trump “personalmente” tuviera algo que ver con su desaire, que entendía que era un malentendido y que los habitantes de Washington, muchos irritados por el enfoque de la situación completa, debería seguir apoyando a Milano, “una gran institución”.
Pero solo unas horas más tarde, el restaurantero con estrella Michelin, que resolvió una batalla legal con la organización Trump el año pasado después de deshacerse de un acuerdo de restaurante con el Trump International Hotel, apenas pareció apaciguado.
“No confundamos mi intento de ser generoso y seguir adelante, con cualquier otra cosa”, tuiteó Andrés. “Lo que sucedió, sucedió y respaldo mi versión. Estoy listo para seguir adelante”, concluyó. El chef nacido en España, que ha sido crítico con las políticas de inmigración de la administración Trump, también agregó los hashtags #ImmigrationReform y #DACADreamers.
El lunes por la mañana, Andrés se mostraba aún más inflexible sobre su versión de los acontecimientos, alegando en un tweet que “alguien con conexiones” con Ivanka “hizo la llamada” para excluirlo de la velada en Milano, una fiesta de VIPs después de la Cena del Alfalfa Club que Nuschese y otros han organizado durante los últimos nueve años. Revertiendo su tweet anterior sobre la participación de Trump, Andrés fue menos definitivo el lunes y escribió: “Podría ser que ella no sabía, pero sucedió… y este no es el Washington que conocemos…”.
Trump y Nuschese no han respondido a los reclamos renovados de Andrés. Pero ambas partes dijeron el domingo que Trump no tuvo nada que ver con que el chef fuera excluido del evento. El propio Andrés ha admitido que no tuvo una invitación para la fiesta posterior, pero supuso que entraría porque estaba en la cena anterior, y porque así es cómo funcionan habitualmente este tipo de cosas en Washington.
Nuschese dijo en una entrevista con The Post que Cafe Milano, que ha visto una afluencia de críticas negativas de Yelp desde que la historia de Andrés se hizo pública, se vio obligado a rechazar a más de una docena de personas que no estaban en la lista para la fiesta del sábado por la noche, incluido Andrés.
