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Tras suspensión de la ANLA de Colombia ¿Qué sucederá con Hidroituango?

Pese a la emergencia que se vive en Hidroituango desde hace dos meses, EPM nunca ha renunciado al proyecto. Incluso, aun contemplando la destrucción de la casa de máquinas, se ha dicho que se puede construir de nuevo al otro lado del macizo. El positivismo al interior de la empresa paisa se reafirmó con el anuncio del presidente electo, Iván Duque, quien después de visitar las obras dijo: “Como presidente contribuiré en todo lo posible para que el proyecto salga adelante”.

Por esto cayó como un balde de agua fría la decisión de la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA) —que había guardado silencio por mucho tiempo y que tuvo la decisión engavetada por casi un mes— de suspender todas las actividades de construcción del proyecto y su operación, para solo continuar con el plan de seguimiento y monitoreo, y los trabajos para recuperar el control del mismo y evitar una catástrofe.

Para que se levante dicha decisión, es necesario que EPM contrate a un grupo de peritos que estudien las condiciones y entreguen un dictamen sobre la factibilidad de continuar con el proyecto. El informe que finalmente se presente, y que debe contar con la supervisión de Corantioaquia —autoridad ambiental regional—, debe tener todo un soporte científico que permita esclarecer cuál será el futuro de Hidroituango en caso de seguir en marcha y si podría traer afectaciones al medio ambiente y a las comunidades aguas abajo.

EPM respondió que, después de ser notificada, el jueves 28 de junio en la tarde, se suspendieron las obras que no están relacionadas con la contingencia, pero no se especifica cuáles son. En el comunicado aceptaron la orden que, cabe decir, no les revoca la licencia ambiental. Sólo les obliga a dar cuentas claras de cómo sacarán adelante el proyecto: “De acuerdo con esta medida, EPM debe continuar realizando las acciones que ha venido ejecutando. Este acto administrativo estará vigente hasta tanto un perito experto emita un dictamen sobre las condiciones actuales y futuras de estabilidad de la infraestructura de las obras principales”.

Pero parece que el proyecto está lejos de terminar en una gaveta y en una mole de cemento que se alza en el cañón de Cauca, pues en aquella visita de Iván Duque, el presidente electo felicitó a los obreros por estar “salvando un proyecto tan importante (…) el reto es sacarlo adelante, por el bien del país; estamos hablando de más de 2.300 megas de capacidad instalada, en un país que tiene 16.600. Es el proyecto de generación eléctrica más importante”. Y es que sabe que la seguridad eléctrica del país estaba depositada en Hidroituango.

La posición de Duque es la misma que tienen el gobernador de Antioquia y el alcalde de Medellín, pues la actual crisis ha puesto las finanzas de los paisas contra las cuerdas. Según cálculos hechos en el Concejo de Medellín, si EPM no enajena alguno de sus activos, entre los que se pueden contar las empresas adquiridas en el extranjero, la capital paisa perdería 1,2 billones de pesos para el presupuesto de 2019 —mucho de este presupuesto se dirige a proyectos culturales—, todo un problema porque es el último año del gobierno de Federico Gutiérrez, quien no ha sido muy hábil a la hora de ejecutar, pues ni siquiera ha terminado las obras que le dejó empezadas la Alcaldía de Aníbal Gaviria.

Además de las pérdidas económicas, está pesando la demanda energética del país, que se vio en jaque en el último verano cuando el Gobierno Nacional estuvo a punto de declarar un racionamiento como el de 1993. Por esto Jorge Londoño, gerente de EPM, ha dicho que el presidente electo —Iván Duque— “entiende la importancia de Hidroituango para el país. Este proyecto representa el 17 % de la energía instalada que tendrá Colombia en los próximos años, y por eso es muy importante que los colombianos nos unamos para sacarlo adelante”.

Y es que hasta la decisión tomada por la ANLA todo iba camino a recuperar el proyecto, pese a que aún en la montaña siguen pequeños desprendimientos de tierra que la ingeniería no logra contener. Lo cierto es que EPM tiene casi listas las instalaciones para empezar el lleno definitivo del muro de presa —no el prioritario—, que se tenía previsto para antes de que terminara el año. Y desde hace varias semanas empezaron los estudios, por parte de la firma estadounidense Halliburton, para tapar definitivamente los túneles donde se presentaron los derrumbes, trabajo que se tenía previsto para septiembre. Es muy probable que este continúe, pues hasta el día de hoy lo que más se teme es que uno de los túneles se destapone, aumentando el caudal aguas abajo y ocasionando una tragedia.

Estas obras van por buen camino porque justo esta semana el agua bajó a la cota 380, después de haber estado a principios de junio en la cota 393. La disminución en el embalse, gracias a la temporada seca que irá hasta fin de año, ha permitido que se controle la filtración de agua en el muro, filtración que es consecuencia de los materiales que se usaron para el lleno prioritario, por lo que seguro esas obras para el lleno definitivo son necesarias y hacen parte de la atención a la contingencia.

Según le dijo Jorge Londoño al diario paisa El Colombiano, una multinacional realizará la construcción de una pantalla de concreto plástico para instalar en la mitad de la presa y evitar las filtraciones: “Ese proceso nos puede tomar todo el segundo semestre, en sus fases de diseño y contratación. Eso nos permitirá tener una presa robusta y definitiva para afrontar la temporada de invierno de fin de año”. Estas obras, claro, tienen como fin tener un embalse seguro para entrar a generar —se calcula— en 2021, pero con la decisión de la ANLA queda en el limbo si estas se deben frenar.

El comunicado de prensa fue hermético, no se explicó cuáles son las obras que continúan y cuáles son las que deben parar. Parece que la mitigación va por el mismo camino que salvar el proyecto: levantar el lleno definitivo, taponar los túneles y, una vez esto se termine, cerrar la casa de máquinas y revisarla. Mientras tanto, y con la decisión de la ANLA, deberán sustentar que el proyecto no se le saldrá de control, de nuevo, a la ingeniería paisa.

Fuente: Semana

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