La temporada 2018-2019 de la NBA no ha iniciado aún. Los equipos siguen preparándose a través de la fase previa con compromisos que les permites a los entrenadores armar el mejor quinteto posible y estudiar también alternativas que vengan desde el banco de suplentes para potenciar el juego.
En el caso de los Wizards de Washington, esta campaña, al igual que el resto de los equipos que conforman la Conferencia del Este, será bastante especial. Por primera vez en mucho tiempo, la competencia parece ser más pareja que nunca, una situación ideal tras la salida de LeBron James en el mercado de agentes libres hacia los Lakers de Los Ángeles.
Con el alero ahora defendiendo el uniforme de uno de los cuadros más influyentes en la historia de la disciplina, el Este es ahora la sala de juegos de aquellos que quieren hacerse fuertes con el pasar de los meses y ser contendiente de la representación del Oeste, hoy más fuerte que nunca y que en los últimos años ha mejorado.
Por eso, desde la capital arman un plan no solo para encarar la 2018-2019 de la manera más exitosa posible, en las oficinas de los hechiceros también existe una voz que pide una acción cuya repercusión, en caso de lograrse y ser positiva, cambiaría para mejor las sensaciones de la franquicia: adquirir a DeMarcus Cousins.
No es cosa nueva
El centro, uno de los jugadores más dominantes en la pintura y tal vez el mejor en la posición cuando está completamente sano, hoy juega para los súper poderosos Warriors de Golden State. Sobre los de Oakland descansa la responsabilidad de repetir la corona obtenida sin mayores contratiempos en el pasado curso, pero que ahora con una pieza de esta talla la manera de ver el baloncesto será distinta, pues no será descabellado cuando el ritmo que muestren los coloque como el mejor cuadro en la historia de la NBA.
Pero para Cousins el presente pudo haber sido otro. En mayo de este año, Jonathan Tjarks, de The Ringer, puso en el mapa de los Wizards al que para ese instante defendía los colores de los Pelicans de Nueva Orleans. Su sociedad en la organización alada con Anthony David era de ensueño, pero nada estaba asegurado pues había llegado vía cambio y su contrato, el cual expiró al culminar la campaña, pondría en aprietos a dicho conjunto por temas salariales.
Ponerlo en la órbita de Washington no era descabellado por los ya conocidos problemas entre el base John Wall, figura de la franquicia, y el pívot Marcin Gortat; sin embargo, una lesión en el tendón de Aquiles lo marginó del resto de la zafra, pasando por el quirófano. Los Warriors le brindaron una oportunidad, pero no contarían con él hasta enero de 2019, aproximadamente.
¿Qué esperar de Cousins?
Individualmente, poco o nada se le puede pedir a un elemento de su valía. Con ocho años en su haber dentro del mejor baloncesto del mundo, poco a poco se ha ido ganando el respeto de propios y extraños, considerado por muchos el mejor pívot por una relación de peso y velocidad.
Pero con Golden State las cosas siempre son distintas. El equipo dueño de la actual dinastía de la liga lleva la práctica del baloncesto más allá con un ritmo vertiginoso que marca la pauta y de la que pocos han salido airosos. Para Steve Kerr y los suyos la clave está en lanzar, lanzar y lanzar. Aquellos de consumir el reloj poco vale si cuentas con anotadores del nivel de Stephen Curry, Kevin Durant o Klay Thompson, por lo que el ida y vuelta es seguro en esta franquicia.
A partir de ahí se determinará la adaptación del centro, cuya estructura podría verse afectada o simplemente ir a un ritmo menor que los suyos, agrietando un sistema exitosos y ganador. La apuesta por jugar con más jugadores de menor peso ha rendido a los californianos, quienes esperan al Cousins más moldeable para consolidarse en materia defensiva.
La necesidad de Howard
Que esto sea un plan a ejecutar a mediano plazo también lleva a preguntar qué sucederá con Dwight Howard, firmado por un año con los capitalinos, en una situación similar a la de Cousisns en Golden State. Con presentes diferentes, será el primero quien busque marcar un antes y un después con el cuadro hechicero, donde, dependiendo de sus labores, podría verse retribuido con otro contrato.
Si aparece su versión de hace algunos años cuando jugaba para el Magic de Orlando, la opción de Cousins, aunque muy atractiva que parezca, debería ser descartada; no obstante, todo pasa por lo que Howard, un guerrero marcado por su mal carácter, pueda lograr, sobre todo si consigue la redención con los Wizards.