Unos 100 policías militares entrenados para buscar e identificar restos humanos, reforzarán los equipos de recuperación dirigidos por médicos forenses, perros rastreadores y antropólogos forenses que ya recorren la escena de un incendio que ha causado la muerte de al menos 48 personas.
La agencia de noticias EFE reseña que la búsqueda minuciosa se concentra en lo poco que queda de Paradise, un pueblo del condado de Butte, en California, unos 280 kilómetros al norte de San Francisco.
El incendio Camp Fire del condado de Butte coincidió con otra ráfaga de llamas en el sur de California, el incendio Woolsey, que provocó la muerte a dos personas, destruyó más de 400 estructuras y desplazó a unas 200 mil personas cerca de la costa de Malibú, al oeste de Los Ángeles.
Dos empresas de servicios públicos, Southern California Edison y Pacific Gas & Electric, reportaron a los reguladores que tenían problemas con las líneas de transmisión o subestaciones en áreas cercanas al momento en que se informó que habían comenzado las llamas.