Más de un centenar de Escuelas Charter en el Distrito de Columbia se han convertido en centro neurálgico de formación para los estudiantes de origen hispano, quienes en la capital nacional llega al 16.2% de la población escolar.
El Sistema de Escuelas Públicas Autónomas, conocidas como charter, en la capital nacional reúne una población de unos 43 mil estudiantes, más de 7 mil de origen hispano.
Esta modalidad de educación permite a las familias escoger los programas adecuados a sus necesidades, puesto que cada centro escolar tiene programas distintos, pero siempre supervisado por la Junta de Escuelas Públicas Charter del Distrito de Columbia.
Scout Pearson, director ejecutivo del ente supervisor, conversa con El Tiempo Latino para explicar los objetivos del sistema que tiene como objetivo la descentralización de los roles escolares y se orienta en adecuar los programas según las necesidades de grupos específicos, aunados al interés especial de los padres por planes de estudio adecuados para sus hijos.
“Las escuelas charter son escuelas públicas donde la familia puede tener acceso gratuito, a educación pública en el Distrito de Columbia y ellos tienen muchas opciones; pueden ir a escuelas tradicionales de los vecindarios o pueden decidirse por alguna del más de un centenar de escuelas autónomas, la razón de la diferencia es que cada una funciona por una organización sin fines de lucro dedicada a la educación en el Distrito de Columbia”, explica Pearson.
Cada institución diseña el programa según sus necesidades o las de la comunidad, por ejemplo, algunos centros escolares charter fungen como “Escuelas de Inmersión” para estudiantes específicos, como los niños que recién llegan a Estados Unidos y se tienen que adaptar al sistema escolar cuando provienen de otros países, especialmente latinoamericanos, por lo que la formación es bilingüe.
De ahí que tres recintos educativos de DC estén diseñadas para estos estudiantes con formación bilingüe, también lo hay para estudiantes procedentes de otras latitudes del globo como China, que también tiene una escuela de inmersión.
Además, Scout Pearson afirma que el sistema incluye centros educativos enfocados en el fomento de arte, otras en ciencia e ingeniería, también las hay enfocadas en la formación en línea, apoyadas por las nuevas tecnologías de la información.
“Hay muchas, pero muchas opciones para las familias, todas gratuitas, todas públicas, para obtener una educación integral y de calidad de sus hijos”, dice Pearson, y agrega que el sistema de evaluación de las escuelas autónomas es constante con visitas a los centros, monitoreo a los currículos escolares y al personal docente.
Aunque cada escuela charter es única, con parámetros que varían de una a otra en los diferentes grados; el sistema escolar utiliza cuatro categorías para agrupar los objetivos y medir el rendimiento que debe adecuarse a cuatro categorías de calidad y eficiencia; entre estas destaca: el progreso del estudiante, los logros académicos, el éxito educativo a futuro y el entorno.
“Una manera importante en la que evaluamos la calidad de un programa escolar es por medio de nuestro Informe de Calidad Escolar que preparamos cada año, este mide el rendimiento de cada escuela charter en una manera muy fácil de entender”, explica el director Pearson.
Con esa información las familias tienen la opción de mantener un constante monitoreo de calidad de la escuela, pues el mismo informe refleja la categoría en que se ubica cada escuela a partir de los resultados; así puede estar entre las posiciones 1, 2, 3, las que van de mayor a menor eficiencia.
En el Distrito de Columbia la inscripción se rige por dos aplicaciones, “My school DC” es la opción más común por Internet, que incluye tanto a las escuelas públicas regulares como a las charter o autónomas. Luego de la inscripción se inicia el sorteo de las plazas disponibles, cuando el número de inscritos supera la capacidad en infraestructura de un centro educativo.
El programa de Escuelas Públicas Charter en la localidad, que son manejadas con fondos del gobierno de la ciudad, pero gestionadas por organizaciones sin fines de lucro dedicadas a la educación, inició en 1996 y hasta la fecha albergan a la mitad de los estudiantes de las escuelas de primaria y secundaria.