El 26 de mayo de 1999 no es una fecha cualquiera para los fanáticos del Manchester United. Ese día en el estadio Camp Nou, casa del Barcelona, se disputó la final de la Liga de Campeones de Europa, donde los ingleses se midieron al Bayern Munich alemán.
En el compromiso, un hombre desató una celebración tras un gol que estaba en el libreto de pocos: Ole Gunnar Solskjaer.
El delantero noruego ingresó como sustituto y marcó el segundo de los goles en el tiempo agregado que anotaron los Red Devils para voltear las acciones y coronarse por 2-1 contra los bávaros.
La noche quedó para el recuerdo, pero el fútbol le dio otra oportunidad a Solskjaer para realizar un nuevo milagro a favor del Manchester United.
Este miércoles, ahora como entrenador de los ingleses, el noruego comandó la remontada en la llave contra el París Saint Germain por los octavos de final del torneo europeo.
La vuelta parecía complicada tras caer en la ida 0-2 como local, pero parece que para él no hay imposibles. Dos goles de Rumelo Lukaku y otro de Marcus Rashford dieron la victoria por 1-3 en la capital francesa, y cuyo global de 3-3 los hizo avanzar por goles como visitantes.
Así, otro capítulo en la historia del Manchester United, y de Ole Gunnar Solskjaer, fue escrito a favor de las partes que no descansan hasta ver alcanzado el éxito.
