El secretario de Estado Mike Pompeo irrumpió este lunes en una reunión de ministros de Asuntos Exteriores europeos en Bruselas, para impulsar un frente transatlántico unido contra Teherán y su programa nuclear. Pero no logró cambiar las actitudes de los líderes que temen que Estados Unidos e Irán estén avanzando a un camino de guerra y conflicto.
La decisión de última hora de Pompeo de trasladarse hasta la capital de la Unión Europea, anunciada al abordar un avión desde Estados Unidos, provocó un enfrentamiento entre el secretario de Estados Unidos y los diplomáticos europeos, quienes han estado luchando por salvar el acuerdo nuclear con Irán para 2015.
Al menos uno de ellos, el secretario de Relaciones Exteriores británico Jeremy Hunt, dijo que temía que la escalada involuntaria de Estados Unidos e Irán pudiera desencadenar un conflicto, declaraciones que parecían asignar la misma culpabilidad a Washington y Teherán.
La visita se produjo el día en que el Ministerio de Asuntos Exteriores saudí dijo que dos de sus petroleros fueron atacados y dañados frente a las costas de los Emiratos Árabes Unidos.
Pompeo fue rechazado incluso en algunas peticiones básicas en Bruselas. A tal punto que la jefa de la diplomacia de la Unión Europea, Federica Mogherini, anunció fríamente que había tenido un día ajetreado y que los dos hablarían “si conseguimos concertar una cita”.
Los principales diplomáticos de Gran Bretaña, Francia y Alemania acordaron reunirse uno a uno con Pompeo, pero no permitieron que los estadounidenses obtuvieran la victoria simbólica de una reunión de grupo.
Con información de The Washington Post