El Día de Difuntos y la Semana Santa son tradiciones que ni el desarraigo ni la distancia han borrado del calendario de los latinos en Estados Unidos. La otra gran tradición judeo-cristiana es el Día de Reyes que, con más énfasis en unos países que en otros, es una fecha para mantener viva la alegría de los niños.
De mantener abiertos esos ojitos saltones y esas sonrisitas interminables es de lo que se trató la más reciente celebración del Día de Reyes, que M-NCPPC Dept. de Parques y Recreación del Condado de Prince George’s realizó el pasado 4 de enero, en el Centro Comunitario de Kentland en Landover.

TRADICIÓN. Los tres reyes magos repartieron obsequios a unos 300 niños en el área de Langley Park
Hasta allá llegaron unos 280 niños, acompañados de sus padres, a prolongar las hazañas de Gaspar, Melchor y Baltazar. Cuenta la leyenda que esos tres reyes magos peregrinaron con las manos llenas de oro, mirra e incienso, hasta el humilde pesebre en Belén donde yacía un niño llamado Jesús. Más de 2000 años han pasado desde el nacimiento de esta historia y los regalos para los pequeños de Langley Park fueron muñecas, carritos, legos, patinetas y hasta tres bicicletas, en buena parte donados por la organización Bolsas de Amor. Aunque la tradición cuenta que los incentivos son solo para los niños para los adultos también hubo lo suyo: tres ipads que se entregaron por sorteo.
Una década de alegría
Estas jornadas, entre cantos, saltos, caritas pintadas, pupusas y pastel, se realizan desde hace 10 años en diferentes sectores del condado de Prince George’s. El rostro visible que mantiene la llama viva de El Día de Reyes en esta municipalidad es Carlos Ocasio, superintendente interino de Programas del M-NCPPC Dept. de Parques y Recreación del Condado de Prince George’s. “En Puerto Rico crecí con la tradición y aquí parecía que nadie quería continuarla, así nació la idea de revivirla, porque nunca está demás ver a los niños sonreír”, dijo Ocasio a El Tiempo Latino.
Ese es el mismo sentir de Pedro Biaggi, un reconocido productor radial y también puertorriqueño, quien hace 10 años aceptó el pedido de transformarse por unas horas en rey mago. Desde entonces cada Día de Reyes su carisma y sus abrazos para los niños son infaltables. “Mi abuela María (Mayio) sembró en mí esta fiesta de alegría. Aquel día yo era un niño feliz, en mi pueblo los niños lo disfrutábamos mucho”, dijo el locutor, mientras repartía obsequios. Los otros dos reyes magos fueron Carlo Sánchez y Edwin Rivera.
Otro de los objetivos que se logran a través del Día de Reyes es acercar a la comunidad a los programas que el M-NCPPC Dept. de Parques y Recreación del Condado de Prince George’s tiene a disposición de todos sus habitantes, sin importar su condición física o de estatus migratorio. A los eventos que allí organizan todos los habitantes del condado son bienvenidos.

ALEGRÍA. A la niña Hailey Gutiérrez, de siete años, los reyes magos le trajeron una muñeca que la hizo muy feliz
Actividades para todos
“Es la primera vez que vengo y no sabía que había un sitio y atención especial para los niños con discapacidades, me pone contenta saber que toman en cuenta a personas como mi hija”, dijo Carla Cruz, la madre de Brianna, una niña de nueve años con parálisis cerebral. En efecto, Nydia Ocasio, especialista en participación ciudadana del M-NCPPC Dept. de Parques y Recreación del Condado de Prince George’s, indicó que las dos primeras mesas estaban destinadas para niños con necesidades especiales. Para una mayor aproximación, por primera vez en este Día de Reyes se contó con dos intérpretes de signos para personas sordas. “Queremos que sepan que tenemos eventos para los niños especiales, que los traigan y que los integren”, dijo Nydia Ocasio quien, con la ayuda de los voluntarios, empacó todos los juguetes en papel regalo. “No importa el tiempo que nos llevó ni cuántos presentes empaquetamos, lo que importa es que lo hicimos con gusto”, agregó la funcionaria.
Valió la pena ese esfuerzo solo por verle la carita de contenta de Hailey Gutiérrez. Esta pequeña antes de la repartición de los presentes anhelaba que los reyes la premiaran con una muñeca y unicornio, al que pensaba llamarlo Dulce. Cuando abrió su regalo, no le trajeron el unicornio pero sí una muñeca para la que ya tenía nombre, Larila. Cuatro horas después se fueron con las manos llenas de regalos y cansados de bailar, cantar y saltar junto a 123 Andrés, el ganador del Grammy Latino, quien estuvo allí para ofrecerles unas horas de diversión.
“Lo que cuenta es la voluntad, a un niño nunca le viene de más un regalo y a los mayores nos ayudan a mantener viva la tradición, que en México la mantenemos muy presente”, contó Aidé Castillo, mientras ayudaba a su pequeño Axel Mateo a llevar sus nuevos autos.

DIVERSIÓN. La mañana de diversión durante el Día de Reyes estuvo amenizada por 1-2-3 Andrés, quien puso a los niños en movimiento