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Desde la ONU llaman a tomar consciencia sobre el antisemitismo: La bondad puede ganarle a la maldad

Con un llamado a tener presente la dolorosa lección aprendida durante el Holocausto, y a mantener las alertas ante el incremento del antisemitismo, se celebró en la sede de la Organización de Naciones Unidas la conmemoración de la liberación el 75 aniversario de la liberación del campo de concentración de Auschwitz-Birkenau.

Durante el evento,  se recordaron las víctimas del horror, y se dieron a conocer historias desgarradoras de dos sobrevivientes del campo.

Irene Shashar aseguró haber vencido a Hitler “Yo pude tener hijos y nietos, logré hacer exactamente lo que él intentó prevenir”.

Varios miembros de la comunidad judía de la ciudad de Nueva York se hicieron presentes en la ceremonia en la sede las Naciones Unidas para conmemorar el 75 aniversario de la liberación del campo de concentración de Auschwitz-Birkenau.

Shashar recordó cómo los nazis asesinaron a su padre en los llamados guetos de Varsovia, en Polonia, donde gracias a su madre logró sobrevivir durante la Segunda Guerra Mundial.

“Mi padre estaba en la cocina con el cuello cortado, mi madre se le abalanzó encima conmigo todavía en brazos, tenía apenas dos años, pero recuerdo como mi vestido se manchó de sangre, fue la última vez que lo vi”, dijo Shashar visiblemente conmovida.

Explicó que luego de perder a su padre, su madre y ella tuvieron que luchar aún más duro para conseguir comida en Varsovia, que para ese momento se había convertido en un lugar de transición, donde los nazis mantenían a los judíos antes de enviarlos a los campos de concentración.

La sobreviviente dijo que “Un día que salimos a buscar comida de repente me di cuenta de que tenía mi muñeca y mi mamá una maleta. Ella me lanzó a una alcantarilla donde me salpicaba agua podrida en la cara. Fue horrible, el olor era terrible. Hoy en día aún puedo recordarlo, así como la imagen de las ratas a mi alrededor”.

Shashar y su madre se mantuvieron escondidas durante el resto de la guerra: “mi madre me decía: “si eres buena y no lloras, saldremos a jugar después”, un pedido que para mí duró una eternidad. Confesó que su madre murió tres años después de la liberación, en 1948, y ella fue enviada a Perú donde creció con unos familiares.

Aseguró que gracias a la valentía de su madre “pude ganarle a Hitler. Ella me dio la oportunidad de sobrevivir, de tener hijos y nietos”.

En las palabras de Shashar se hizo énfasis que la bondad puede ganarle a la maldad.

Sostuvo que  “Las Naciones Unidas nacieron de las cenizas que dejó la Segunda Guerra Mundial”, por ello se unió el clamor de muchos que piden elevar la voz, porque el silencio es indiferencia, “es la obligación que tenemos con los 1,5 millones de niños que no tuvieron la misma suerte que yo tuve”, dijo, y aseguró que las minorías deben ser protegidas y que no hay necesidad de que todos piensen igual, mientras sean tolerantes.

El holocausto, una guía para tomar decisiones en el presente

Por su parte, Shraga Milstein, de 87 años, contó su historia durante el evento de la ONU, señalando que tenía 6 años y “muchas ganas de comenzar la escuela cuando los alemanes cruzaron la frontera de Polonia. No pude volver a un aula de clase hasta que tuve 12”.

Milstein vivió en los guetos de Varsovia, pero no pasó mucho tiempo ahí, ya que fue enviado a trabajar en una fábrica de madera en Alemania junto a su padre y su hermano. Su madre fue enviada a un campo de concentración, y la última vez que la vio fue en la estación del tren.

Dijo que “Un tiempo después de estar en Alemania, mi padre nos dijo que nos iban a separar y que nunca nos volveríamos a ver. Nos abrazó y nos pidió que nos cuidáramos el uno al otro con mi hermano. Al otro día lo mataron, tenía 43 años, todos mis esfuerzos para descubrir cómo sabía cuál era su destino han sido en vano hasta ahora”, cuenta el ahora presidente del Consejo Internacional de los Sitios Memoriales del Holocausto en Alemania.

Tras la muerte de su padre, Milstein fue trasladado a un campo de concentración de Bergen-Nelsen y separado de su hermano.

“En ese lugar no había ejecuciones, pero 50.000 personas murieron de hambre. Cuando las fuerzas británicas llegaron, no podían creer lo que veían, pilas de cuerpos por todas partes, y nosotros “los esqueletos con vida” a duras penas podíamos consumir la comida que nos habían traído”, contó.

Delitos descubiertos

En la sede de la ONU se inauguró la exposición, Delitos descubiertos: La primera generación de investigadores del Holocausto, que rastrea las historias y legados de las personas e instituciones que primero recolectaron evidencia de los crímenes del Holocausto.

Las obras dan a conocer a quienes llevaron a cabo este trabajo imperativo a medida que se desarrollaba el genocidio a su alrededor, y a quienes mucho más tarde buscaron la justicia y el recuerdo.

La exposición conmemora la vida y el trabajo de algunos de estos pioneros en la investigación del Holocausto. Entre otras, las historias de: Emmanuel Ringelblum y Rachel Auerbach, cuya organización Oyneg Shabbos reunió y ocultó pruebas del interior del gueto de Varsovia; Raphael Lemkin, quien utilizó la información que acumuló sobre las atrocidades del Holocausto para desarrollar el concepto legal del genocidio; Vasily Grossman, quien documentó el exterminio de los judíos soviéticos; Alfred Wiener, fundador de The Wiener Library, quien recopiló y difundió evidencia de las actividades nazis desde mediados de la década de 1920 en adelante, así como Eva Reichmann de la Biblioteca, quien lanzó uno de los primeros proyectos para recopilar testimonios de testigos oculares del Holocausto.

Para los investigadores de la “primera generación” del Holocausto, sus esfuerzos fueron particularmente urgentes frente a los esfuerzos nazis para erradicar todos los rastros de la existencia judía en Europa. Bajo las condiciones más adversas y, a menudo, contra la indiferencia, la denuncia y la violencia, formaron las bases de nuestro conocimiento actual del Holocausto.

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