El hospital veterinario Small Animal Specialist Hospital (SASH), de Australia, compartió en sus redes sociales un video sobre un caso inusual que llegó a sus manos: sacar una toalla de playa a una pitón de tres metros, reseñó este viernes elsalvador.com.
“Vemos todo tipo de casos interesantes en nuestro departamento de aves y exóticos, pero no todos los días vemos algo tan inusual y tan extraordinario como este caso”, compartió el SASH.
La serpiente nombrada Monthy es una pitón de alfombra de jungla, de 18 años, con un peso de más de 10 libras. Fue llevada al hospital por su “serpientedueña” tras notar que el animal había comido algo no identificado y que éste presentó un comportamiento inusual.
Luego de anestesiar y tomar radiografías a la pitón, se procedió a colocar un endoscopio flexible en el tracto gastrointestinal para visualizar la toalla y realizar la extracción.
“Con la ayuda de nuestro equipo de medicina interna, se colocaron unas pinzas muy largas a través del endoscopio y se utilizaron para agarrar la toalla. Una vez que tuvimos un buen agarre, la toalla pudo retirarse cuidadosamente del tracto gastrointestinal con guía endoscópica”, explicó el hospital.
Tras sacar por completo la toalla de playa, el equipo a cargo celebró la finalización exitosa del procedimiento.
De acuerdo con la publicación del hospital veterinario, la serpiente fue dada de alta el mismo día y su dueña informó que se encuentra estable, tranquila y come con normalidad.
La boa constrictor es terrestre y arbórea, alcanza tamaños hasta de más de cuatro metros, lo cual depende de la subespecie y sexo. Su piel escamosa tiene tonos rojizos con un fondo blanco, rosado, marrón o dorado, y características distintivas como líneas, óvalos, círculos y rombos irregulares.
Como parte de su comportamiento, es un reptil solitario y nocturno. Es importante destacar que no ataca al ser humano, sino que huye al verse amenazado.
Pueden vivir hasta 20 años en su ambiente natural y en cautiverio alcanzan hasta los 30. Su proceso de gestación tarda cinco meses, pariendo de 20 a 60 crías.
Debido a su mala visión, depende de sus escamas termosensibles (fosetas loreales) para detectar a sus presas: ratones, ratas, conejos, crías de cabras, entre otros.
Fuente: elsalvador.com.