No era inusual que la doctora Alyce Gullattee deambulara sola por callejones en el noroeste de Washington, en el apogeo de la epidemia de crack de la década de 1980, en busca de un paciente que temía haber sufrido una sobredosis.
Una noche, en uno de esos callejones, un hombre comenzó a asaltar a la psiquiatra, recordó su hija. Pero Gullattee no se escapó. Ella miró al hombre a los ojos y le habló.
“Espera un minuto”, le dijo entonces Gullattee. “Antes de hacer todo eso, necesitamos llegar a la raíz de por qué necesitas robarme”.
Ella persuadió al hombre para que fuera al Hospital de la Universidad de Howard y buscara tratamiento psiquiátrico, narró su hija, Deborjha Blackwell.
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Gullattee, psiquiatra pionera y activista dedicada a los derechos civiles, se convertiría en uno de los expertos más respetados de la nación en el ámbito de abuso de sustancias. Mientras el país libraba una guerra contra las drogas, Gullattee se acercó a los más vulnerables: los adictos al crack, los pacientes con SIDA, las trabajadoras sexuales y los trató como a una familia.
Alyce Gullattee en una foto de graduación de 1956 en la Universidad de California, en Santa Bárbara, donde completó sus estudios universitarios. Foto familiar.
El 30 de abril, después de medio siglo de servicio en la Universidad de Howard y en Washington DC, Gullattee murió después de dar positivo por COVID-19, la enfermedad causada por el nuevo coronavirus, notificó su familia. Tenía 91 años.
Antes de su muerte, Gullattee era la profesora más antigua de la Universidad de Howard, donde pasó una carrera de décadas sirviendo como profesora asociada de psiquiatría y como directora del Instituto de Abuso y Adicción a Sustancias de la institución.
Gullattee fue una de las primeras personas en colocar un ladrillo en la construcción del Hospital de la Universidad de Howard. Recibió nombramientos de los expresidentes Nixon, Ford y Carter para servir en varios comités de la Casa Blanca. Y, a principios de la década de 1980, se desempeñó como administradora de la Administración de Abuso de Alcohol y Drogas del Distrito.
Pero para su familia, su comunidad en la Iglesia Bautista Union Temple en el sudeste de Washington y para generaciones de sus pacientes y estudiantes, ella era simplemente “Mimi” o “Dra. G”.
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Gullattee nació y creció en Detroit, donde su familia se había mudado de Georgia durante la Gran Migración. Ninguno de sus progenitores llegó a la escuela secundaria y su padre trabajó en una planta de Chrysler como fogonero en los hornos.
Pero los padres de Gullattee estaban decididos a que sus hijos recibirían una buena educación, y su madre, que apenas podía leer, tomó clases nocturnas para ayudarlos con la tarea, según Blackwell.
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Traducción libre del inglés por El Tiempo Latino.