En medio de la planificación por volver a la actividad comercial y así hacer frente al impacto económico generado por el coronavirus en todo el mundo, un restaurante de Virginia decidió usar maniquíes en varias de sus mesas para hacer ver que el establecimiento cuenta con numerosos clientes.
Uno de los puntos a desarrollar por este tipo de establecimientos es la distribución de los comensales. A diferencia del pasado, la clave será aplicar el distanciamiento social y así evitar la expansión del poderoso brote.
Así, The Inn at Little Washington dará la sensación de enorme demanda a través de las piezas.
El chef Patrick O’Connell, dueño del local, tomó la decisión, una que aplicará a final de mes, cuando el restaurante vuelva a abrir sus puertas.
El cocinero se decantó por esta opción ante lo que él considera incomodidad de ver las mesas vacías. Según información de la agencia de noticias EFE, O’Connell recurrió a un teatro para conseguir a los maniquíes, a los que decidió vestir con ropa de la década de 1940.
Además, el propietario del establecimiento ordenó a los mesoneros que una vez abran sus puertas traten a estos elementos como clientes reales.
O’Connell es dueño de tres estrellas Michelin.
Para este viernes, Virginia registraba 27 mil 293 casos y 944 muertos por COVID-19, según su Departamento de Salud. Además se maneja una cifra de 1 mil 379 posibles contagios y 33 fallecidos que esperan confirmación de la enfermedad mediante pruebas.
La incidencia del virus obligó a que las autoridades apuntaran a la meta de aplicar 10 mil pruebas de despistaje al día; sin embargo, grupos comunitarios exigieron que la mayoría de estas se ejecutaran en sectores de más bajo estrato social.
Según datos de Neighborhood Health, de las 1.200 pruebas aplicadas por ellos, la mayoría a personas de bajos recursos, el 55% dio positivo.