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Piscinas comunitarias básicas en verano han sido cerradas por COVID-19

Cynthia Brandt Campagna, la presidenta del Club de Natación de Kemp Mill en Silver Spring, suele pasar los días previos al fin de semana del Memorial Day preparando su piscina para los cientos de familias ansiosas por dar su primer chapuzón en el verano.

Se asegura de que la cubierta de la piscina sea barrida, los muebles sean lavados y que no haya hojas flotando en el agua. Cuando las puertas se abren no pasa mucho tiempo para que tenga de decir: “Estamos llenos”, dijo Campagna.

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Esta semana Campagna se hizo una gran pregunta… su piscina abrirá este verano.

Después de cerrar las escuelas, los centros comerciales y tantos otros elementos básicos de la vida cotidiana, la pandemia de coronavirus también podría afectar el verano para los americanos. Las piscinas públicas y los clubes de natación privados de toda la región están retrasando o eliminando los planes para abrir las instalaciones, ya que los funcionarios de salud se preocupan por la seguridad de sus regulares visitantes.

Por su parte las piscinas públicas y privadas han estado notificando a las familias que no se abrirán para la temporada. Y de hacerse en algún caso remoto, se hará hasta que las autoridades estatales y locales las consideren seguras, luego que establezcan estrictas restricciones de distanciamiento social. Como no hay ningún lugar donde los equipos de natación puedan practicar, las ligas de Maryland y Virginia del Norte han cancelado sus temporadas.

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La cancelación para este verano también afectó a los parques acuáticos, los cuales permanecerán cerrados.

Esta semana, la Autoridad de Parques Regionales del Norte de Virginia dijo que cerraba – durante todo el verano – sus cinco parques acuáticos que atraen anualmente a unos 300.000 visitantes, según Paul Gilbert, director ejecutivo de la agencia. Los parques son el Atlantis en Centreville, Great Waves en Alexandria, Ocean Dunes en Arlington, Pirate’s Cove en Lorton y Volcano Island en Sterling.

Cada año, la gente acude en masa a los parques por su combinación de atracciones: toboganes “rápidos”, un cubo de descarga de 500 galones y una piscina de olas de 17.500 pies cuadrados donde la gente puede hacer surf.

Pero Gilbert dijo que su agencia no tenía más remedio que cerrarlos por la temporada. Dados los imperativos de distanciamiento social y la incertidumbre sobre cuándo y cómo Virginia podría permitir que los parques acuáticos y las piscinas comunitarias se abrieran, no tenía sentido financiero. Los parques, cuyo funcionamiento en conjunto cuesta alrededor de 2,3 millones de dólares, necesitan un gran volumen de visitantes cada año y requieren una intensa formación de socorristas y un gran número de personal.

Con información de The Washington Post